Parte 2/2

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¿Me recuerdas?

El tiempo pasó más rápido de lo que Kyungsoo se imaginaba, entrados los siete meses ya había cambiado la rutina de su día a día. Luego de que todo el instituto se enterara de su condición, y se pensara que Kris fuera el padre era falso y un viejo rumor, sorpresivamente muchos se solidarizaron en ayudarlo y apoyarlo en lo que pudiesen, en especial sus compañeros de salón.

Habían convencido al director Choi que le permitiese dar clases particulares a los niños de cursos más bajos, que los profesores fuesen un tanto más tolerantes con él para que su promedio no bajase tanto cuando eran errores mínimos, e incluso le llenaban de obsequios al saber que era una niña. Las admiradoras del equipo de baloncesto a modo de disculpa le habían tejido diferentes prendas para su hijita, la cual aún no tenía nombre pero estaba convencido que, si no tendría a su otro padre, al menos se llamaría con algún bonito apodo chino.

Ahora mismo DO se encontraba en medio del campo de deporte, observando a sus amigos correr en la clase de gimnasia mientras él se acariciaba la redonda y pequeña pancita que la cubría una larga camiseta del uniforme deportivo donada por alguno de los más altos de su curso y suspiró al pensar cómo el médico le había explicado que su bebé sería de pequeño tamaño, por eso su barriga no era tan pronunciada como debería; pero que saludablemente todo estaba bien.

Detrás de él escuchaba los diferentes equipos de competición preparándose para la nueva temporada y se sobresaltó cuando una pelota de fútbol se pasó por su lado, pero gracias a sus reflejos la detuvo, volteándose apenas para ver a Minho correr hacia él limpiándose el sudor.

-Ah~ ¡Kyungsoo ssi! Espero no haberte golpeado, el sol me está matando...- Cuando el chico de masculino porte y redondos ojos se detuvo frente a él, soltó la pelota para que el otro la tomase con uno de sus habilidosos pies mientras le dibujaba una dulce sonrisa.

-No te preocupes Minho ssi, fighting! –Exclamó empuñando ambas manos a lo que su compañero le imitó con una corta risa antes de regresar a su cancha para continuar con su entrenamiento.

Cuando comenzó a acariciar nuevamente la hierba a su lado volvió a dar un corto saltito al sentir la primer patada tan fuerte por parte de su pancita.

-¡Ah! ¡Bebé!-Chilló antes de buscar a Jongin con la mirada, y su mejor amigo al parecer le escuchó ya que rápido dejó de estirar para reincorporarse en el lugar.-¡Kai~! ¡Ven! Está dando sus primeras pataditas la muy perezosa~~ -Canturreó en un tono algo infantil al estar tan sensible y el contrario corrió hacia él, derrapando en el pasto al arrodillarse a su lado y le acarició la barriguita en la cual cierta criaturita cortamente volvió a hacer acto de presencia.

-¡Kyungie! ¡Está pateando!-Ver la emoción en los ojos del otro le hizo reír realmente feliz mientras asentía con su cabeza repetidas veces, pero lo que sucedió luego no estaba en sus planes; los gruesos labios del otro se posaron sobre los propios, besándole de lleno por unos segundos antes de abrazarle contra sí realmente feliz, besando ahora sus cabellos. Decidió que no diría nada, además de que el entrenador regañó a Jongin y le ordenó que ya era momento de regresar a la clase... Pero el profesor cuando su mejor amigo volvió a la línea con los demás que les veían algo curiosos le susurró dulcemente que le felicitaba por haber sentido a su hijo.

Durante el resto de la clase pensó en la textura suave de los belfos ajenos, además de que era cierto que Kai era el que se había encargado de estar a su lado, notablemente ocupando el lugar de Kris al ser quien le acompañaba a todos lados y le hacía apoyaba a la hora de salir a caminar, cubrir sus antojos e incluso seguir una estricta dieta... ¿Cómo podía ahora fingir no saber los sentimientos de Jongin hacia sí?

Cuando fue momento de ir a los vestuarios, entregó al profesor el trabajo escrito que le daba por clase para hacer y se reincorporó siguiendo a sus compañeros, riendo cuando Tao le abrazó por los hombros y acarició su pancita comentándole sobre lo que había pasado un rato atrás con su bebita. Esperó que se fuesen todos para vestirse, ya que se sentía bastante incómodo debido a los cambios de su cuerpo y luego se dirigió al otro lado de los casilleros dónde se encontraban los orinales, pero se encontró con Kai recostado contra la puerta esperándolo.

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