me dijiste te amo entre olas implacables y ojos inmunes a lo improbable y por un momento me hiciste creer que teníamos esperanza aunque no quería hacerlo, aunque me clavabas las estacas en los dedos y las palmas en el corazón cuando mis defensas flaqueaban de la humedad y de lo imposible y te creí. te creí aunque no quería creerte y ahora ya es demasiado tarde.
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400 KILÓMETROS
Romancesobre dos veranos remotos y cinco lunares en el cuello que nunca llegué a tocar fatidicos 17