Sentimientos De Mayordomo

Tanaka era un simple mayordomo de 24 años, cuya vida había sido monótona y completamente tranquila desde que fue vendido por sus padres a los 8 años como sirviente, pero se equivocó al pensar, que aquello seguiría siendo así durante lo que le quedaba de vida. Él servía a un aristócrata llamado Vincent y por lo tanto, vivía en su mansión a las afueras de Londres.

Al llevar la mayor parte de su vida sirviendo en una mansión, ya conocía todas las caras y rutinas del lugar, hasta que llego el dia en que otro mayordomo fue contratado. Edward le explicó sus quehaceres y le enseñó el lugar al nuevo sirviente, cuyo nombre, según dijo, era Sebastian. Sebastian era alto, su estatura parecida a la de Tanaka y tenía una piel blanca como la nieve

Pasaron días, incluso semanas, pero Sebastian parecía no poder acostumbrarse a estar en la mansión, incluso se podría decir que actuaba extraño. Tanaka decidió ir a hablar con el "nuevo" trabajador por la noche, ya que ese era el único momento del día que estaban libres de su agotador trabajo.

Caminó por el que parecía ser un interminable pasillo, esperando encontrar al otro durmiendo o sentado en la cama, al llegar a la puerta y al ver que nadie respondía cuando tocó la puerta, entró. Al entrar, se encontró con algo que nunca se habría imaginado, una habitación vacía. No podía imaginarse donde estaría, casi no recordaba que existía un mundo fuera de la propiedad de su amo, y lo poco que le venía a la cabeza eran recuerdos horribles, de cuando sus padres empezaron a deber dinero por todo el opio que consumían. No se le ocurría que podía haber fuera, por lo que pensó en seguir a Sebastian la siguiente vez que se fuera.

Desde aquella noche, empezó a hacer paseos nocturnos a la habitación de Sebastian, hasta que cayó en la cuenta de que se iba todos los miércoles, viernes y sábados, mientras que el resto de días dormía tranquilamente en su cama. Tanaka estaba decidido a descubrir que hacia su compañero cuando se iba. Con esta decisión y coraje que había acumulado durante sus paseos por los pasillos buscó y encontró en la mansión, ropa de ciudadano para poder pasar desapercibido en la calle, aquella noche observó a Sebastian, quien estaba preparándose para salir en su propia habitación, hasta que salió por la ventana.

Tanaka siguió discretamente a Sebastian, por barrios y calles en las que nunca había estado, hasta que llegaron a lo que Tanaka creyó que era un bar, en el barrio de Whitechapel, que era en realidad un burdel. Vió como Sebastian entró y esperó unos minutos para que no sospechara, pero cuando entró no lo vio por ninguna parte y se sintió perdido, no sabía dónde estaba y tampoco sabía volver a casa. Entonces fue cuando una bella mujer con labios de cereza se le acercó y le preguntó:

-¿Qué buscas? ¿una mujer? o tal vez... ¿un hombre?

Tanaka, sin saber a lo que se refería realmente dijo que estaba buscando a un hombre, la mujer entonces le pidió dos libras, él se las dió sin rechistar, quería saber que pasaba en ese extraño lugar. Aquella mujer se fué e indicó a Tanaka que la siguiera. La siguió confundido, hasta llegar a una puerta donde la mujer le dijo que lo pasara bien y le guiñó un ojo.

El mayordomo dudaba en abrir la puerta, no sabía que podía encontrarse tras ella, estaba nervioso e inseguro pero la curiosidad pudo con él y acabó entrando. Lo que se encontró dentro le impactó de tal manera que se quedó procesando la imagen que estaba presenciando. Sebastian estaba sentado en una cama, vestido con ropa provocadora de mujer.

-¡¿Qué haces aquí?!

Exclamó Sebastian sorprendido, y a falta de una respuesta normal y lógica, dijo la verdad. Tanaka explicó que estaba preocupado y curioso, que lo había seguido y también confesó que no entendía gran cosa de lo que estaba pasando.

Después de esto Sebastian empezó a explicar todo, le contó que se prostituía en ese burdel para poder pagar las deudas que le dejaron sus padres alcohólicos al morir, él no tenía opción, necesitaba hacerlo porque trabajar para Henry no le proporcionaba el dinero suficiente. Una cosa llevo a otra y charlaron durante horas sin darse cuenta, habían descubierto que no eran muy diferentes el uno del otro, ya no eran solo compañeros de trabajo, también eran amigos.

Los meses siguieron transcurriendo y llegó invierno, la época más fría del año. Todos los sirvientes seguían cuidando la mansión, mientras su amo visitaba a unos compañeros de negocios en Alemania. Tanaka y Sebastian se pasaban días limpiando, recogiendo cosas y charlando, juntos, cuando empezaron a sentir florecer algo en su interior. No importaba cuánto frío hiciera, porque cuando estaban cerca, sentían un fuego ardiente dentro que les mantenía calientes.

Para cuando su amo Henry volvió ya habían pasado demasiadas cosas entre los dos mayordomos, no sentían amistad, sino un amor más fuerte del que nadie se pueda imaginar. Los dos amantes solían escaparse a alguna habitación que no se usara para estar solos, pero su amo, que no era tan fácil de engañar, sabía que algo estaba pasando con sus sirvientes, concretamente entre Tanaka y Sebastian. Vincent empezó a observar más de cerca a sus sirvientes sin que ellos se dieran cuenta.

Tanaka y Sebastian seguían a lo suyo, sin saber lo que les deparaba el futuro, eran felices teniéndose el uno al otro. Una noche, fueron los dos a la habitación de Sebastian, donde había comenzado todo, se dieron un largo y cálido abrazo, después un rápido y superficial beso en los labios que fue seguido por los dos amantes desnudándose mutuamente. Ver esto fue suficiente para que Vincent saliera de detrás de la puerta y exclamara:

-¡¿Qué hacéis?! ¡Si hacéis algo así en mi casa tenéis que avisar para poder unirme!

Después de disculparse por hacer ese tipo de cosas a sus espaldas, los tres se desnudaron completamente y se divirtieron durante toda la noche.

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Hola pipol, este es mi primer fanfic asi que seguramente tenga fallos, porque nadie es perfecto, asi que toda critica es bienvenida mientras sea con respeto :D.

Pd: Escribí esto hace un año y me he acordado de su existencia asi que he decidido publicarlo como estaba sin volver a leerlo porque soy asi de vaga.

Y a cualquiera que lea la historia muchisimas gracias por tu apollo, como la polla al pollo.