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Eran casi las tres de la tarde, mi madre acepto una ronda pero no entendió el juego y se fue.

—Soy el sucio dan

—¡Bob esponja! —. Suspiro al aceptar otra derrota, soy buena en esto.

—Estoy cansado, ganas. Pero solo por esta vez.

Me quite el sombrero de papel y me levante. Fuimos por un vaso de jugo de uva.

—¿Los dientes se manchan?

—Si, pero siempre consigo que queden relucientes

—Me agradas.

—Tu igual.

Tras eso el se fue y yo termine de leer mi libro

No mires mis brackets.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora