Capitulo 4

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-Buenos días señor Bieber

-Buenos días Andrea -saludo el empresario a su secretaria- ¿algo nuevo para hoy?

-A las 10 llegan los alumnos de la universidad

-¿Cuantos pasantes nuevos esta vez?

-20 aproximadamente

-Son menos que los de hace dos semanas, pero eso esta muy bien

-Se los are pasar uno por uno en cuanto lleguen

-Gracias Andrea -se despidió para entrar a su oficina-

-¿Ya están todos listos?

-Si, solo falta...

-¡Aquí estoy! -Grito una agitada voz-

-¡Levin! Porque no me extraña que esa usted la que siempre llega tarde

-Lo siento señor McCurdy, sabe que no es mi intención

-Nunca es su intención

-Bueno ya llego la señorita que faltaba, ¿ahora si podemos irnos?

-Si señor director

-Muy bien entonces, todos tomen sus cosas y vamos al autobús -indico el director a todos los alumnos-

-Ya oyeron, vamos

-Señor McCurdy pero que bien se ve con ese color

-No lo intente señorita Levin, igualmente tendrá detención el viernes después de clase

-¿¡El viernes!? Pero todos salen a divertirse los viernes -protesto la chica-

-Tienes usted razón señorita, todos salen, menos usted

-Pero...

-Sin pero, y ya deje de protestar

-No es justo

-Nada es justo en la vida, y ahora suba al autobús -muy inconforme la chica abordo el autobús sin decir nada más-

-Parece que no iras a la fiesta de Samantha

-Odio esto, y odio al señor McCurdy por castigarme justo ese día -respondió enojada la chica a su amiga una vez se hubieron sentado y el autobús había empezado andar- pero ni siquiera el me va a impedir ir a esa fulana fiesta

-No te escapes, ya tienes suficientes problemas

-Estará muy ocupado contando las citas que nunca tendrá como para prestarme atención -ante aquel comentario ambas chicas rieron-

-Señor disculpe la interrupción, pero ya llegaron los pasantes

-Tranquila Andrea, puedes decirle al primero que vaya pasando

-Enseguida -dijo la secretaria a su jefe desapareciendo por la puerta, para reaparecer segundos después con un joven de unos 20 años aproximadamente, al ver aquel muchacho, el hombre no pudo evitar pensar en su hijo-

-Buenos días señor

-Buenos días joven, tome asiento

Pequeño InoscenteWhere stories live. Discover now