Hannah ➳ j.b

21

— ¿En serio, Hannah Banana? ¿No vas a dejarme entrar? —dijo Justin.

— Noup —espeté a través del visillo de la ventana.

— ¡Que infantil! ¿Qué? ¿Cuántos años tienes? ¿5? —agregó él sarcásticamente. Yo levanté mi mano haciendo un número cuatro con los dedos de mi mano derecha con una expresión algo seria. Justin sólo se río. — ¡Vamos, ábreme! Sólo quiero hablar contigo, explicarte algunas cosas...

— Déjame en paz, sigo molesta, fuiste un idiota y no te mereces entrar.

— Bueno, me sentaré en el pórtico y esperaré que llegue tu mamá, ella me dejará entrar y tendrás que hablar conmigo —dijo Justin con una sonrisa a través de la ventana.

— Pierdes tu tiempo, llegará tarde hoy —mentí.

— No importa, esperaré lo que sea necesario—dijo mientras se giraba para acomodar su bolso deportivo en el suelo, y sentarse en el pórtico de mi casa. Una sonrisa espontánea se dibujó en mi rostro mientras lo veía por la ventana. Negué con la cabeza, observé a Justin por última vez y subí a mi cuarto.

(...)

No entendía cómo era posible que me llevara tanto tiempo terminar el dibujo que se me había asignado en mi clase de arte. Bueno, para ser honesta si sé por qué demoré tanto, ¡soy súper indecisa! Dibuje muchas flores distintas y ninguna me convenció del todo. En fin, será mejor que baje por un poco de agua. Bajé la música del reproductor y miré la hora en su reloj de escritorio, 18:03 p.m.

Era imposible que Justin siguiese esperando, había pasado una hora y cerca de cuarenta minutos desde que habíamos hablado por última vez. Decidí tomar mi cabello entre las manos y trenzarlo, a medida que bajaba la escalera.

A pesar de que estaba segura que Justin se había ido, caminé hacia la ventana y removí con suavidad el visillo.

— ¡Ay, Justin! ¡No me jodas!—Expresé asombrada, casi al punto de botar el vaso que tenía en la mano derecha. Justin seguía en la misma posición que cuando yo subí a mi habitación.

¡No puedo creer que siga aquí! No sé si es idiota o realmente quiere hablar conmigo.

¿Y si le abro y ya? Mamá igual llegará pronto.

Mejor lo obligo a irse, fue un idiota conmigo y ya se arruinaron las cosas.

Sí Hannah, él sólo va a entrar a decirte que quiere ser tu amigo, ahórrate la vergüenza y quiérete un poco.

Diferentes ideas ahondaban mi mente, y como es de esperar algunas sólo fomentaban mi inseguridad, estaba dudosa sobre que debía hacer, pero me armé de valor y caminé hacia la puerta.

—Hey, pobre tonto, ¿Quieres entrar? Comienza a hacer frío —dije algo tímida. Justin se giró y con una gigantesca sonrisa, entró conmigo a la casa.