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Las obras de artes no son más que el aspecto especular de un hecho físico o mental; toda su importancia reside en el orden de su consumación perfecta, de su "terminado", pero es el reflejo de un hecho que no tiene más importancia que la que su reflejo en la superficie del espejo le confiere. El arte es, muchas veces, el reflejo amplificado en el espacio textual de un estado de cosas instantáneo en el tiempo sensual de la experiencia; puede ser también la expresión concreta de algo eminentemente abstracto. En ambos casos se trata de algo que está hecho con el mismo material: el lenguaje.

Nunca me he atrevido a hablarte cuando caminabas por el museo, pero siempre te sentí tan cerca. Hay cosas que me gustaría contarte, por ejemplo; he leído algunos libros últimamente, de esos que comentaremos algún día, me enfoqué un poco más en escribir para ti, me prometí que haría una novela de la historia de nuestro amor y quiero cumplírtelo, sólo que el final aún no lo tengo claro, también he escrito muchos poemas para ti, quise describirte tal y cómo eres pero... pero desconozco muchas cosas y por eso no sé cómo hacerlo, nunca vi tus pies descalzos, nunca te observé de cerca, me hubiese gustado conocer perfectamente el color de tus ojos y el brillo de tu mirada y entonces tendría algo con qué rimar. No sé si te hubiera gustado mi música, pero hay canciones que me recuerdan a ti y las canto con fuerza porque me gustaría que las escucharas, así te gustaría... cuando camino por la calle, pienso en ti, en que tu mano debería ir sujeta a la mía, por siempre. Y entonces cuando te vas del vacío lugar tomo tu posición, siempre frente aquel cuadro, sus pinceladas y retoques echas con furia y nostalgia, puedo comprender tu fascinación con verle, niño con lágrimas en su rostro se lograba ver. Después de mirar ya en mi hogar me tomé el tiempo de buscar al artista, un chico de 22 años quien había fallecido en ese mismo museo después de que logró colgar su pintura, cuando el museo comenzó a incendiarse el no logró salir y murió a causa del humo.

Yo, siempre tan libre e individual, tan solitario y tan viajero, que cuando te vi plantado frente a mi, me di cuenta que de tanto recorrer, de ir sin buscar, y de caminar sin encontrar algo que mi alma fuera a anhelar, yo, iba en dirección a ti. Mis pasos, mis pies caminaban hacia ti ansiosos, sabiendo que ya era hora de conocerte.
Me dijiste tu nombre, Yoongi. Me contaste cómo ibas todos los días a ver el cuadro y lo mucho que te llenaba admirarlo y no sabias que al mirarte, me sentía parte de ti, y no una simple maraña de sueños quebrados y a medias. Me encontraste.

MUSEUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora