Esta mañana me he despertado, adiós verano, no has sido muy divertido este año con las malditas recuperaciones así que tampoco te echaré mucho de menos. Este año haré 4°, cojo mi mochila, me visto y me hago rápido el eyeliner, no desayuno tortitas porque no vivo en norte América y porque no se cocinar, soy un 0 a la izquierda. Voy al colegio, caminando y me encuentro con algún compañero por el camino, són tan mal educados que ni saludan y por fin llego al colegio, donde todo sigue igual, las chicas guays son las mismas y si no estas entre ellas esto es el apocalipsis, de lejos oigo un claxon, es mi tutora, Carolina, una mujer súper simpática y la única profesora que me cae bien. Entramos al salón de actos y empiezan las aburridas presentaciones apff, para mí desgracia estoy sentada entre dos chicas que no paran de cuchichear, que pesadas son; primero presentan alumnos y todos los chicos quedan embobados con una tal Sara, una nueva alumna de 3° que va con un pronunciado escote, las chicas se quedan embobadas con el nuevo profesor de literatura, ya sabéis, joven, alto y un cuerpo de infarto, pobre chaval lo que le espera. Oigo a las de mi lado pujar sobre su edad, que si 22, que si 25, que si 30... , tenga la edad que tenga es un profesor y como todo chico atractivo un montón de chicas detrás no dudo que aluna de su edad, lo tienen difícil; muy difícil.
