El joven de ojos marrones, y pelo despeinado la miró fijamente a los ojos, mientras veía como el autobús se alejaba. Y con el todos sus sueños, esperanzas y todo lo que había deseado. Lejos quedaba ese 4 de abril, en que habían cruzado sus miradas por primera vez, cuando sus ojos grises lo miraron, y su dulce sonrisa penetró hasta su alma. Lejos quedaban sus ilusiones que habían empezado con un simple mensaje, y todas las historias que pensaba escribir se transformaban en ficción. Todo parecía triste, todo parecía haber acabado.
Alex suspiró mientras el colectivo se alejaba de él, y recordó cada uno de los momentos que había vivido junto a ella, recordó cuando se conocieron, y cada segundo que habían compartido. Trató de aguantar las lágrimas que buscaban salir de sus ojos, pero no pudo evitar sollozar levemente.
En medio de la tristeza, de la soledad de la partida, Alex, decidió seguirla, correr tras ella, nada más importaba, después de mucho pensar se había dado cuenta de que era ella con quien quería vivir, y compartir el resto de su vida, ella era su amor, su todo, y no dejaría que un autobús se la llevase. Corrió a la boleteria, compró el siguiente boleto a Buenos Aires, y subió al vehículo, mientras sus lágrimas se secaban. Antes de que el omnibus partiera, tomó su celular y le envió un mensaje.
‹‹No puedo estar tan lejos de ti, me voy contigo Marti››
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4 de Abril
Любовные романыTal vez todo esto sea un simple sueño, tal vez sea falso o tal vez no, pero hay una sola cosa que quiero, y es sentir tus labios en los míos, tomar tu mano, y sonreír juntos, pensando en una vida siempre a tu lado. La historia de Alex y Martina, la...
