El rubio se observo nuevamente en el espejo.
—¿Lindo?,¿precioso?,¿sexy?,¿genial o elegante?,¿cómo debería atacarte hoy?,hoy me adueñare de tu mirada—canturreo arreglándose el cabello.
Unos chillidos se escucharon,dando a saber que cierto pelirrojo había llegado,el rubio se acomodo en su lugar pero el de iris miel ni siquiera se digno a voltear..
—¿Por qué no me notas?—se quejo el rubio.
Pero no importaba el haría que aquellos ojos solo fuesen para él.