Sin Remordimientos

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Ya había pensado que  lo iba hacer con ellos mil quinientos cuadrados suplementarios que supone un pulmón verde alrededor de los edificios. Su jardinero bufabamiento de impaciencia .
—todo en calma — dijo Isabelle con calma.
Era muy profesional,estaba muy cómoda en su papel. Hija de lanbertt Ferreire, se había convertido a su vez notaria y había conservado casi  toda la clientela de su padre. Una joven guapa que dedicaba su vida al trabajo y que no pensaba casarse. De nuevo Richard, tuvo la impresión de que un peso lo aplastaba, le impedía respirar. ¡ Señor! ¿ Aun producía Isabelle ese efecto sobre el después de tantos años? La vio estrechar la de su colega, que le agradecía de su recibimiento.
—señor castan—pregunto ella con tono de inocente —¿ Puedo retenerlo algunos minutos?
Richard asistió con un pequeño gesto de  la cabeza  y permaneció de pie, muy rígido, mientras ella acompañaba  a los demás hasta la puerta de su despacho. Cuando regresó, el consiguió mirala a la cara.
—vaya —supiro—,hacía siglos....
Ella lo miraban silencio,con una expresión enigmática
—no estaba previsto— añadio el rápidamente—. ¡No tengo nada que ver! Estuve a punto de no venir cuando  supe que tenía que desplazarnos hasta aquí. Per tu no estabas obligada asistir a  la firma, habría podido delegar a unos de tus.....
— calla un momento, ¿ Quieres? Me alegro de verte. En ese sentido, ella no había cambiado nada. Era siempre muy directa. Llamo tu notario para saber si la reunión podría celebrarse en nuestras oficinas, me dije que era mi día de suerte .
—¿suerte? — repitió,el incrédulo.
Ella hizo gesto despreocupado, se dejó caer en un sillón y cruzó las piernas. Su traje de chaqueta gris perla era de una elegancia irreprochable al igual de sus zapatos.
— siéntate, Richard. Por favor.
El obedeció por que no le ocurría ninguna escusa para para poder escapar.
— el pasado está olvidado—.dijo ella dulcemente. Por lo que a mi respeta, e pasado página por lo que a mi respecto a toda la historia. Sabes, aveces hablo de ti con lionel y .... ¡Oh,caramba, ay que enfrentarse a ello, ahora o nunca!
Su brusca vehemencia lo pillo desprevenido.