Los zombies no, las personas menos, el hambre tampoco, solo el cansancio es lo único que puede conmigo. Había caminado (o al menos lo intentaba) unos 10 kilómetros, aproximadamente, mis piernas ya no daban para más, había perdido demasiada sangre y mi mareo aumentaba notablemente, luchaba conmigo misma para mantenerme de pié, no quería desmayarme, no en medio del bosque ¿Qué posibilidades tenía? No es como que algún chico me salve para luego enamorarme, eso solo pasa en las películas.
Me apoyé en un árbol a descansar pero poco duró mi relajamiento ya que unos gruñidos me sacaron del trance.
— Oh no... —susurre para mi misma al ver un grupo de cinco zombies caminando a un lado mío, alejados.
Comencé a treparme por el tronco con mucha dificultad, cada esfuerzo dolía más y más pero no estaba preparada para irme... o convertirme, como ellos, no aún.
El mundo me adora, tanto así que decidió que justamente el árbol en el que me encontraba contenga musgo, asqueroso y resbaloso por el cual, como idiota que soy, tuve que pasar y así matarme, por segunda vez, en el suelo atrayendo a los bichos raros que no dudaron en correr hacía su cena.
Me levanté dejando de lado el dolor que me cause y agarré mi cuchillo que se mantenía en el suelo.
— Vale... ¡Vengan aquí! —les grité—. ¡No me dan miedo hijos de put*! —sentía la adrenalina correr por mis venas y salir por mi boca en forma de insulto.
Había uno que venía por delante de todo y fue al que primero maté atravesando su cráneo podrido con mi super arma mortal, Kitty. Así llamaba a mi cuchillo...
<Quedaste como una ridícula con lo que acabas de decir> Apareció el angelito bueno.
— Llegas en el peor momento. —le contesté mientras enviaba a José al cielo, le ponía nombre a cada caminante que mataba. (soy especial ¿Vale?)
<No la distraigas, la pueden morder por tu culpa> Atacó el angelito malo.
— ¿Seguro que no cambiaron de puesto? —les pregunté a la vez que clavaba a Kitty en el cerebro de María.
<Solo estábamos probando que se siente actuar de forma distinta> Respondió el malo.
Y así seguí yo hablándole a mis únicos amigos mientras mataba a los zombies, como toda persona normal hoy en día.
<Bien hecho> Celebraron los dos al mismo tiempo que hacían un bailecito extraño.
Comencé a reír pero paré al escuchar como le sacaban el seguro a un arma, miré al frente y observé a dos chicos, uno apuntandome y otro tras de él, como escondiéndose.
— Está sangrando y habla sola, no me da muy buen royo. —escuché que decía el que se mantenía oculto.
— No estoy hablando sola. —proteste pero luego me acordé que solo yo veía a mis amigos.
— Y yo soy Superman. —dijo sarcástico—. La herida... ¿De qué es? —preguntó aún apuntandome con el arma.
— De... —miré sus ojos, a la distancia no distinguía de que color eran por lo que tuve que hacer ojitos chinos para adivinar los claros que eran—. Un accidente... —me limité a responder lo justo.
— ¿Qué clase de accidente? —volvió a interrogar desconfiado.
— Kitty me traspasó la pierna. —sus miradas estaban confusas, lógico, solo yo lograba entenderme a veces, y en ocasiones ni yo lo hacía—. Mi... Mi cuchillo, Kitty... —eso había sonado absurdo hasta para mi.
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Decisiones... (Chandler y Carl)
FanfictionChandler Riggs: Valiente. Fuerte. Mujeriego. Carl Riggs: Asustadizo. Tímido. Débil. ____ Styles: Loca. Loca. Loca. Y más loca se iba a quedar si seguía con los mellizos Riggs. Una chica rara en medio del apocalipsis zombie con dos chicos los cuale...