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El páramo era a lo que llamarían algunos pos apocalíptico, no existía nada.

Donde hubo una escuela quedan sólo escombros, donde habían grandes arboles frondosos ahora son antorchas gigantes, donde se encontraba un lago en cambio es un hoyo en la tierra sin importancia.

Se preguntaran, ¿y las personas? ¿donde están?. Pues la respuesta es más fácil de lo que ocurrió. Escaparon.

En medio del desastre se podría apreciar la silueta de un chico con la piel morena y cabello negro, ropa desgastada debido a la gran lucha anterior. Cortes y moretones, sangre brotando de su ceja y labios partidos adornaba su rostro. Con el ojo izquierdo cerrado para evitar que la sangre entrara en el.
Este chico se arrastraba en rescate de otro, pues sus piernas no lo podían sostener, este era con piel mas pálida y aparentaba estar inconsciente, o al menos eso deseaba.

Cuando estuvo a unos metros de él, un tipo se interpuso en su camino evitando que este siguiera avanzando. El moribundo moreno solo pudo mirar hacia arriba, notando que no se le veía el rostro debido a la obscuridad pero lo reconoció.

- Eres, un maldito... ¿Porque nos traicionaste?- preguntó el moreno en con voz rota debido al dolor y sus enormes ganas de desmayarse pero no podía, su objetivo era el chico detrás de él.

-¿eh?, ¿de que hablas?- sonrió con egolatría.
- Para que los allá traicionado primero tuve que haber estado de su lado-
Diciendo esto se quedaron ambos en silencio. El hombre noto la mirada del sujeto estaba en la del otro que se encontraba a solo un par de metros de ellos.
- No entiendo el porque seguir, esta más que claro que ha muerto, al igual que los otros pero bueno. El amor causa que esa chispa de esperanza siga con vida... me enferma tanto- Dijo rompiendo el silencio sin camuflar su amarga forma de hablar regresando su vista al moreno.
- Pero bueno, si tanto deseas estar con él, te ayudaré con eso. Tomalo como un gesto de gratitud, solo porque tú y tus amigos me divirtieron un rato-
Al decir esto, sus ojos cambiaron de color a unos rojos esmeralda y su mano fue envuelta en una llama del mismo color, la cuál levanto en alto y recitó.
-"El día en que las fuerzas rojas se purifiquen y las doce Leyendas se reúnan en una raíz perfecta, un nuevo mundo nacerá." - dejando escapar una risa irónica agregó
- Vaya estupidez, Pero al parecer las fuerzas rojas ya ganaron y ustedes "Leyendas" esta más que muertas, Despídete Kim JongIn.

El moreno cerro los ojos esperando el ataque, cuando....
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El sonido de la alarma sonó causando que el pequeño JongIn despierte de un extraño sueño, el que jura ser muy realista.

Se había quedado sentado en la orilla de la cama pensando en el sueño, lo raro es que recordaba todo a detalle, porque honestamente, cuando alguien despierta se le olvida varios detalles.

-JongIn, despierta ya, es tarde- dijo una voz al otro lado de la puerta-

-Ya voy, solo me visto- contestó el pequeño de vuelta.

- No tardes que hay que ir con los demás- respondieron nuevamente.

El moreno ya no contestó y se dispuso a vestirse. En menos de quince minutos ya había terminado

-¿ Crees que ya estén todos?- preguntó

- Pase por allí antes de venir y no había nadie -

Los chicos solo se dispusieron a caminar bromeando como siempre de diversas cosas hasta que llegaron a la biblioteca donde un grupo de niños de su edad los esperaban.

LAS DOCE LEYENDAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora