Capítulo 1

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"Hoy seré feliz".

Leo la frase que acabo de escribir en el diario que compré esta misma tarde. Hoy son dos años desde la muerte de mi madre. No puedo evitar derramar una lágrima al pensar en ella, segundos después estoy llorando como una niña. Aún no logro entender, ¿por qué las mejores personas se van? ¿Por qué gente buena e inocente sufre? No es justo. Dicen que la vida es justa al ser tan injusta con todos, pero yo no lo veo así. 

Seco las lágrimas que quedaron en mis mejillas y me levanto del frío suelo de mi habitación. Camino hacia el espejo dentro de mi baño y miro mi reflejo. Soy una chica de complexión pequeña, no muy alta, soy bastante flaca. Mi cabello es castaño oscuro y muy rizado. Soy morena y  muy pecosa. Tengo los ojos de color verde oscuro, igual que mi padre.

-Basta. Mírate. Eres un desastre. Ya ha pasado mucho tiempo, cariño, no puedes seguir deteniendo tu vida por lo que pasó.- Me digo mientras intento parar de llorar.

Poso una mano sobre el empañado espejo del baño.

-Todo estará bien. Un nuevo año, miles de nuevas oportunidades. Sí, este será el mejor año de tu vida.- Pronuncio intentando creer cada palabra.-Sólo tienes que calmarte.- Doy un profundo respiro y después de unos segundos exhalo despacio. Sonrío falsamente. Quito el cabello de mi cara y camino hacia las escaleras, bajo al primer piso y me dirijo a la pequeña cocina. Abro la primera alacena y busco un tupperware lleno de granola. Abro el refrigerador y tomo un yogur de vainilla. Me siento en la silla alta de el mesón y tomo mi desayuno. Minutos después escucho a mi papá llamándome desde el piso de arriba.

-¡Estoy abajo desayunando!- Grito al no haber entendido nada de lo que dijo.

Lo oigo bajar por las escaleras y caminar hacia mí, se arrima en el mesón a mi lado.

-¿Cómo te sientes?- Me dice algo nervioso.

-Bien.- Digo sin mucho ánimo.

-Bien.

No decimos nada por algunos minutos. Incómodo. Hoy se puso esa camisa celeste a rayitas que mi mamá le regaló por su último aniversario. Mi padre es un hombre bastante alto y ancho. Cualquiera que lo ve por la calle en un fin de semana pensaría que es un policía o algún tipo de agente secreto de alguna compañía por su duro aspecto. Pero trabaja como abogado para una firma muy importante en el país. Nunca ha sido muy cariñoso, ni siquiera con mamá. Es muy serio y estricto. Tiene el cabello negrísimo y corto, al igual que su barba. Sus ojos son verdes oscuros y nunca dejan nada pasar. A pesar de su duro carácter es la persona a la que más amo en el mundo y daría mi maldita vida por él.

-¿Maya? ¿Estás escuchándome?- Dice algo enfadado.

Al oír mi nombre me doy cuenta de que ha estado hablándome y me concentro de nuevo en él.

-¿Qué? Eh, sí, sí.- Digo confundida.

-¿Entonces?

-Entonces, ¿qué?

-¿Quieres que te lleve o no al colegio?-Dice irritado.

Hoy comienzo el penúltimo curso en la secundaria Dalton. Durante meses rogué y rogué para que mi padre me cambiara de escuela. Todos sabían lo que había pasado con mi madre y me miraban y trataban como si fuera a romperme y estaba harta de eso. Ya no soy una niña pequeña, no me rompo cuando la vida me lo pone difícil.

-Creo que prefiero ir yo sola, pero gracias- Digo fingiendo una sonrisa.

-Está bien, entonces me voy ya. Cuídate, pequeña. Suerte hoy.- Dice mientras me da un beso en la frente.

-Adiós, papá.

Termino lo que queda de mi yogur y subo a mi habitación. Pongo la música alta, suena First Time de Kygo. Abro la puerta de mi armario y me quedo parada frente a él durante varios minutos. Me decido por un suéter rosa pálido corto y unos jeans grises rotos por las rodillas. Busco mis botas negras de combate y me las pongo después de mis calcetines rojos favoritos. Me miro al espejo y decido recogerme el cabello en una cola de caballo. Me pongo un poco de crema en la cara y un bálsamo hidratante en los labios. Cojo mis cosas y bajo las gradas.

Al salir me pongo nerviosa, bastante. Nueva escuela. No sé cómo irá. Sólo puedo pensar en que, con suerte, todo estará bien. Inhalo profundamente y subo a mi viejo Jeep negro.

Mi nombre es Maya Doménech, y hoy iniciará una nueva etapa en mi vida. Tengo 17 años y voy a cursar mi penúltimo año en el colegio. Suelo ser muy terca y orgullosa con las personas. También bastante confiada y directa, pero siempre intento hacer todo lo que puedo para la que gente a mi alrededor este bien. Hago amigos con facilidad y soy muy feliz, o bueno, solía serlo.  Desde que el cáncer mató a mi mamá no he sido la misma. Ella era mi soporte y cómplice para todo, y sin ella todo se siente tan... vacío. Quiero reiniciar mi vida, intentar de nuevo. Espero encontrar a algo o a alguien que me ayude a llenar el vacío que siento en esta nueva escuela.

-Next to you, the sky is warmer in Malibu...- Tarareo la canción de Miley Cyrus mientras parqueo mi coche en el estacionamiento del colegio.

Bajo del auto y camino hacia la gran entrada azul, me paro frente a ella. Contemplándola.

-Bien, aquí vamos.- Suspiro y continúo mi trayecto nerviosa.

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora