Durante un viaje a Cádiz, España un grupo de turistas paseaba por aquella antigua ciudad, mientras su vista jugaba con el paisaje, la de uno logro posarse sobre un hombre, el cual con tranquilidad disfrutaba tocando su laúd. "acérquense, acérquense, pues verán que las historias son el agua del alma, pero las mías son el vino de la vida, acérquense y disfruten de hazañas sin igual. Los viajeros intrigados se acercaron para escuchar "¡oh!, pero que buen publico tenemos esta noche y bien, ¿Qué les parece si su servidor, ante esta luz plateada les narra una historia sin par?, el búho hará su aparición.
Verán, hace muchas más lunas de las que puede recordar el más viejo de los sabios, hubo un ladrón, que prefirió el amor a la gloria del vencedor siendo esta la historia de la última vez que empuño su daga en batalla.
Cuando la primera luna del verano relucía en lo alto, un silbido musical, acompañado de una figura tan misteriosa como exaltante a la vista, revestida de un atuendo esmeralda y de su marca personal una capucha negra que le cubría el rostro cual bandido, recorría los tejados de la ciudad empuñando su daga plateada, blandiéndola contra la autoridad, siendo su mayor felicidad el burlarse de los guardias reales, su habilidad era tal que nunca le podían atrapar, muchos dirían que era un héroe robando a los ricos y regalándoselo a los pobres, pero no hay nada más alejado de la realidad, siendo el tan codicioso como habilidoso, tanto que su fortuna fruto de atracos, se podría comparar con la del mismo Rey.
Aunque hay que reconocer, el en verdad fue temerario, tanto que hasta un apodo se ganó, el búho el ladrón nocturno, se dice que una vez durante su habitual huida de los guardias, tropezó cayendo a un balcón, un grave error para un ladrón así mismo fue un duro golpe para su orgullo, aunque al avistar el horizonte dio gracias al destino por ese accidente.
El destino le mostro un tesoro más grande que cualquiera tomado con anterioridad, una hermosa chica que sentada en su ventana disfrutaba la vista iluminada únicamente por la luz de la noche, mientras que su largo y oscuro cabello cubría parte de su mirar, la cual adornada por un par de gafas que reflejaban la luna, el ladrón cayó presa de un mal peor que cualquier martirio, las flechas del amor habían impactado en su pecho y a paso veloz fue escalando hasta llegar cerca de su ventana y colgando de una cornisa se acercó a la dama -"los tesoros de este mundo son un juego, suvenires sin valor al lado de vuestro corazón"-, la joven que sin interés escuchaba pronuncio- "falsas son tus palabras, mentiras salidas de la boca de una serpiente"- herido en su orgullo opto por cambiar de estrategia, extendiendo su daga un brillo dorado como el sol que contrastaba con la plateada arma, colgó de su filo,- "un collar de oro puro, el dinero es un buen incentivo para el amor"- pero con la misma frialdad que la vez anterior la dama respondió -"y la prisión un buen castigo para el ladrón"-, y así con la amargura del rechazo, la alegría que da el dulce amor se torna cada vez más difícil de alcanzar.
Pero él no aceptara una derrota tan fácilmente y así fue como noche a noche durante todo el verano fue a visitarla y ella siempre la esperaba en la ventana, las primeras semanas llevó desde ostentosas joyas hasta los perfumes más dulces pero la respuesta era la misma, sin embargo cada día se quedaba un poco más platicando en su ventana, cosas triviales, pero que ante los ojos de la chica eran importantes, "¿acaso no habrá manera de que pueda alcanzar su corazón, me es imposible robarlo?".
Y en sus adentros entendió la solución "lo tengo, ella aborrece lo que represento" pensaba para sí mismo el ladrón siendo que los robos, escaramuzas y atracos en la ciudad se detuvieron alertando a la guardia que cada día lo buscaba, poco a poco aquellos viejos placeres, fueron perdiendo sentido para el ladrón y así durante la última noche de aquel caluroso verano, la oscura capucha del búho se había desvanecido de su rostro, esperando en la ventana solo se encontraba un chico común, sin mascaras que ocultasen su persona; se dirigió a un público de humo- "¡te he ofrecido todo el oro que tengo y tu odio se hizo presente ante tesoros mal habidos!, ¡te he ofrecido las más dulces fragancias, los regalos más maravillosos que ha encontrado, ni siquiera el mismo rey los posee pero solo me diste tu desprecio!, dime, ¿qué es lo que quieres?, sé que no te desagrado, pues siempre has salido a mi encuentro, ahora mi dulce amor solo me queda una cosa que ofrecerte y esa es mi verdad, me presento sin mascaras ni trucos"-.
Con mirada dulce cual amanecer de primavera aquella chica se presentó "al fin veo tu rostro, puesto que odio tu profesión, esos regalos son una ofensa para mi persona, pero las dulces noches que compartimos han hecho que llegue a apreciarte, y aun siendo capitana de la guardia real no deseo atraparte, has acumulado suficientes tesoros para diez vidas, así que abandona tu profesión que hare lo mismo y vayámonos de aquí", oh que dulce verdad se revelo ante los amantes, compartiendo los secretos de su corazón pero, este momento seria interrumpido por un guardia que le siguió y así, sin ninguno darse cuenta de lo que ocurría fuera del cuarto de la joven capitana un grupo los había acorralado
Cuando el ladrón se dio cuenta de esto, supo que su amada no le había tendido una trampa y que su propio descuido fruto del amor, podría acabar con la vida de ambos así que prefirió, escapar, siendo el señuelo perfecto para desviar la atención de su amada, pero desarmado y sin mascara el resultado de la pelea fue contundente, ya solo podía aplazar su derrota, puesto que no pensaba caer sin pelear, valiéndose de su habilidad solo pudo lamentarse por no estar más tiempo con su dama, mientras que ella impotente no podía hacer nada para ayudarlo, larga fue la redada, pero al amanecer el búho había sido capturado.
-¡Oh que horrible final le espera a tan grande leyenda!-, se encontraba derrotado esperando su ejecución dentro de una fría celda, empeorando su tristeza el hecho de que su amada no fue a visitarlo ni una sola vez y así poco a 'poco los meses pasaron, hasta que llego el invierno y con él su sentencia, ejecutado por el verdugo que le esperaba, fue llevado encadenado de pies a cabeza a la plaza pública, al llegar le liberaron de sus ataduras para hacer más humillante su ejecución, pero antes seria obligado a arrodillarse ante un soberbio rey y escuchar su discurso: -¡pueblo mío, que sus corazones hallen paz, el ladrón al que todos temían aquí esta, arrodillado ante su rey como debe ser así que la justicia hará su parte y terminara con la vida de este miserable!-.
Poco a poco la tristeza se hizo presente en la gente, pues aunque no le apreciaban era el único que se rebelaba aun en aquel momento no podían hacer más que observar como el filo del hacha se acercaba a la garganta del búho pero unos instantes antes de que su vida fuera sellada una daga dorada impacto contra el verdugo hiriéndolo, salvando así la vida del búho y evitando así el cruel destino que el rey había preparado, emergiendo una figura escarlata cubierta por un habito negro.
-¡Mi nombre es el ruiseñor y nadie tocará a ese búho más que yo!- Con espada en mano la heroína avanzo, eludiendo a todo aquel que deseara estorbarle y detrás de ella una muchedumbre que le apoyaba, el rey asustado ante esta escena de rebeldía por parte de su pueblo, no tuvo más opción que huir, dejando a sus guardias solos contra el ruiseñor y su gente, durante la lucha su habito le fue arrebatado rebelando así su identidad, una mirada era suficiente para saber de quien se trataba, la capitana de la guardia era a la que estaban enfrentando, los guardias al ver a su mejor elemento en contra de ellos prefirieron retirarse y volver con más.
La guardia derrotada dejo que el ruiseñor le otorgase la libertad a aquel bandido,-"es bueno verte de nuevo, pero dime quien eres en verdad mi querida ruiseñor"- entregándole su daga y su capucha al búho el ruiseñor alegre respondió:- "soy el corazón de un ladrón arrepentido, aquel que nunca acepto riquezas, ni la belleza material, soy el amor perdido, soy tu destino"- y así, los dos juntos huyeron de la plaza perdiéndose entre las calles de Cádiz, la guardia nunca les encontró pues nunca más se supo de ellos y así concluye la historia de dos amantes de distinta procedencia y enemigos por naturaleza pero unidos por el velo de la noche.
-"¿Cómo sabe que no murieron o se separaron?" -dijo uno de los turistas con soberbia- "oh mi joven amigo, tengo la certeza de que se amaron hasta el último día de sus vidas"- dando vuelta al laúd el hombre mostró un par de dagas una plateada y otra dorada
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el búho y el ruiseñor historia de un ladrón
AdventureUna historia pequeña pero romántica, la acción no puede faltar, espero sea de su agrado la primer y única parte el amor nacido de la batalla, el deseo de poseer algo imposible, el anhelo que trae la avaricia y que hace caer en un destino peor qu...