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Capítulo 1

Centinela

Sujeto-A143

Las calles de la ciudad están igual que a diario.

Personas corriendo de aquí para allá sin prestar gran atención, trabajando de forma autómata para... ningún propósito valido según yo. Era imposible no servir a una de las causas de trabajo, con las crecientes masas, la expansión del territorio, mayor tecnología significo hacer todo un poco más rudimentario. ¿Es posible que algún día lo que de verdad importa sea tomado en cuenta?

La idea era competir entre todos por los mejores lugares. Después con todo lo que paso, la lucha era titánica. Así que el esfuerzo... ahora solo significaba nada.

Luz. Camino. Forma. Desecho.

La biblioteca quedaba a solo unas calles.

Un edificio tan alto como la imaginación de los autores que están resguardados ahí. Un gran lugar para pensar. Y una de las formas más comunes en mi de perder el tiempo, sin duda algo mejor que solo quedarte taciturno en algún banco a llenar papeleo como poseso o que pasar el día sin hacer nada provechoso, al menos al leer fomentaba mi aprendizaje e inteligencia. Sigo sin entender porque es tan fácil preferir la soledad de la compañía. Incluso cuando siento que jamás he estado solo.

Cuando paso entre las personas, choco con alguien. Él solo pide una tonta disculpa y continua, incluso me parece divertida la forma en la cual medio balbucea.

−Claro, no te preocupes− respondo al aire mientras volteo y observo curioso, lo que podría ser una estela casi invisible de polvo imaginado por mis ganas de conocer su destino. Como la de los cometas que orbitan la Tierra, o los sistemas exteriores de Dantalus IV, similares a petardos que suben al cielo abandonando tras de sí una estela de humo suave.

Retomo el camino trazado sin prestar más atención a mi entorno, mientras la luz del sol brilla y se refleja en los edificios metálicos de la parte comercial de la ciudad, que brilla como los diamantes más puros de los pesados y oscuros planetas de carbono, enormes titanes caóticos, que pueden ser el mismo infierno, y esconden gran belleza debajo de los mares de alquitrán y azufre.

El gran puerto de Alejandría, ciudad de comercio y en constante movimiento, nunca dormida del todo, jamás sin luz. Aun con todo ello, seguía conservando algo del encanto de una ciudad costera. Bueno, una isla con ciudades, y un tráfico espacial brutal.

Pero su magnificencia verdadera era que aun la sentía como un lugar vivo. Ignorando que toda la ciudad estaba parcialmente construida de frió metal y hormigón.

Elemento. Pureza. Pensar. Idea. Razón.

Control.

El edifico de Archivo Antiguo I <<como ahora nombran a las bibliotecas>>, se sitúa en una de las orillas del complejo central, donde solo habitan edificios angostos y altos, repletos de oficinas, de cientos de pisos dedicados al informe, y sobre todos ellos, destacando de todos. El edificio de la Federación de Sistemas Unidos, la máxima autoridad de la galaxia.

Llegado a mi destino me permito aprecias la construcción rustica y cuadrada, con techos en declive y dos torres flanqueando los lados, invadida por las esculturas y piezas de arte sumándole encanto por sobre las planas construcciones adyacentes. Cientos de pequeñas piedritas de mármol, acomodadas con gran paciencia, me reciben como camino a la puerta principal.

CentinelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora