La alarma de mi celular rompió el tranquilo silencio que reinaba en mi dormitorio. Amaba despertar con aquella dulce voz de siempre, esa voz que me pone a suspirar y desaparece mis dolores por arte de magia. Y es que estoy tan enamorado, que todo mi alrededor se convierte en Wonderland cada vez que pienso en él, pero ¿Pensará él en mí? Hoy lo lograré. Hoy se que lo hará. Al terminar la dulce melodía que adornada mis mañanas con corazones imaginarios me levanté de prisa y fui directo al baño, topándome con Baekhyun, quien apenas salía de este.
—Buenos días, hyung.
—Buenos días, Baekhyun —respondí dulcemente regalándole una tierna sonrisa.
—Wow... Parece que estás feliz —en sus rostro se encontraba permanentemente esa picardía tan típica de Baekhyun, pero esa permanencia se volvió efímera cuando bajó su mirada y soltó un largo suspiro, sus ojos volvieron a los míos, sin el reciente brillo que los caracterizaba, Baekhyun me miraba mientras trataba de buscar las palabras correctas. Sé lo que quería decir y también lo que pensaba, pero como todas las mañanas parecidas a esta, me hice el desentendido y esperé por él— Minseok, tú crees que él...
—Lo hará, Baekhyun, lo sé.
—Eso dijiste la última vez...
—Y lo diré siempre —sus ojos reflejaban cansancio y tristeza. Lo entiendo. Entiendo que ellos se resignaran, pero yo no lo haré. Nunca lo haré. Hasta que no me quedé aire seguiré intentando. Porque la esperanza es lo último que se pierde y más cuando se ama.
Han pasado, dos años, pero yo lo siento como si fuese más. Cada día como este amanezco con el mejor humor, luego me desespero, me pongo nervioso, me relajo y termina igual que siempre. Pero no me importa. Ya estoy acostumbrado. Y no me gusta, pero menos me gustaría no seguir intentando.
Entré al baño y me vi en el espejo, mis ojos brillaban con intensidad, mis mejillas estaban rosas de la emoción y mi corazón latía con mucha rapidez y fuerza. Me cepillé los dientes y me lavé la cara. Es verdad lo que dicen los chicos. Podré tener miles de años, pero sigo viéndome joven y muy vivo. Y más en días como hoy. Cuando el brillo de mis almendrados ojos era tan intenso como el resplandeciente sol que iluminaba este día tan especial.
Bajé emocionado y con ganas de desayunar lo más rápido posible. Los chicos me miraban expectantes, atentos a todos mis movimientos y yo me quedé allí, analizando las miradas de cada uno. Cuando me quedé vagando sobre los ojos de Jongin este bajó la mirada hacia su taza de chocolate caliente, su gesto fue muy tierno y delatador. Hablaban de mí, de nuevo. Sonreí a Junmyeon, quién estaba más atento que el resto y me reí de ellos mientras intentaban expresiones cuidadosas.
—Buenos días a todos. La mañana está hermosa ¿Verdad? —tomé una manzana de la mesa y me acerqué a la ventana para tener una mejor vista de los niños jugando con una pelota en el patio, desde temprano el vecindario estaba repleto de pequeños niños correteando de aquí para allá, llenando de risas dulces todo su alrededor.
—Minseok...
—No me voy a rendir, Kyungsoo. Esta vez saldré victorioso, ya verán. —sonreí dulcemente de nuevo, ignorando la lástima de todos los presentes.
—Eso dijiste la...
—La última vez, ya sé. Pero no me rendiré. Entiendo que ustedes lo hicieran pero yo jamás. Además ya son las diez. Voy muy tarde, no se preocupen, vendré con las mejores noticias, siento que este día sí.
Caminé rápidamente hacia la puerta dispuesto para empezar este esperado día para mí, pero algo me detuvo, no fue la frialdad del pomo de la puerta, sino la calidez de aquel llamado, lo que me erizó la piel.
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Días Aquellos | One Shot | LayMin
FanfictionQué triste es, Yixing, recordar los días aquellos en los que éramos felices no sabíamos... Pero aún más triste es el hecho de que tú no puedas recordar aquellos días.