Recordar es vivir

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Algunos sentimientos son crudos. La memoria alimenta la crudeza de los sentimientos. Traer una y otra vez el pasado hacia el presente representa un desprendimiento. El recuerdo está atado a nosotros, poseemos una parte de nosotros distribuida en el tiempo; las vivencias, el ser en el mundo configuran las experiencias que nos subjetivan. En ese orden de ideas: al estar el pasado presente en nosotros, recordar experiencias profundas amplia la forma en que nos comprendemos en el tiempo. Rememorar es una forma de volver a emprender una vivencia pero ya no en el presente, sino que en el presente traemos el pasado. El recuerdo es una conexión entre el presente de mi mente y la configuración de mi percepción a través del tiempo.

Una vez más, traer un recuerdo supone reconocernos como seres que habitan y se mueven a través del tiempo. La memoria es una expansión de la conciencia hacia varios momentos que habitan en el cerebro. es una expansión temporal hacia el pasado, pero siempre está configurando el presente. Sin embargo, habitar en el tiempo supone problemas como: el recuerdo es crudo. El recuerdo es nebuloso o cambia dependiendo del estado de animo. en fin, el recuerdo (que es la conexión de la memoria a través del tiempo) se presenta como un placer y un dolor.

el placer: te recuerdo con placer, por el hecho de hacerte vivir y revivir una y otra vez en mi memoria y en mi cuerpo. Algunos recuerdos impactan el intestino y otros hacen crujir el pecho, desencadenan una serie de sensaciones pesadas y placenteras. Hacerte vivir otra vez supone sacrificar un poco mi temporalidad por darte cuerpo y forma en un tiempo que no te ha olvidado: el presente.

el dolor: te recuerdo también con dolor, pues las lagrimas brotan silenciosas en la penumbra cuando escucho el sonido de los maullidos de la noche. Sordamente me adentre en el mundo de la subconsciencia donde habita tu forma que con el tiempo transcurrido se ha hecho más amplia, más oscura y menos personal. Ahora tu recuerdo está mezclado con otros recuerdos. Te recuerdo alegre y sencilla, despiadada y mordaz. Tu recuerdo es el de mis animales perdidos, la sensación de tristeza de las horas desperdiciadas viendo como la lluvia cae.

Cuando te traje una vez más, pensé que retornarías de inmediato a tu lugar atemporal, pero ahora tu recuerdo está sobre y debajo de mi, anticipa cada acción y es una conciencia vigilante; experimento un momento de quietud y allí estas con el ímpetu que caracteriza un recuerdo doloroso y simple. Fuimos felices por mucho tiempo y ahora lo recuerdo con nostalgia, y el recuerdo que ayer me invadía hoy me libera de su asedio inmortal. Inmolo mis horas de sueño, sacrifico la vigilia para estar junto a ti; tu, una forma símil a una silla o a una pared, te veo reflejada en cada segundo de mi existencia pero tu cuerpo ya no se toca con el mio. Traspasamos el umbral del placer sacrificándolo todo para poder estar en paz, y la paz sacrificada de nuevo fue apagada por el ruido de la guerra, de la distancia y del sufrimiento silencioso que habita detrás de cada mirada indiferente.

Ahora te vas y yo me quedo en una esquina de mi cuarto, estoy desnudo pero no tengo frió, tu calor me abriga. O mas bien, el calor de tu recuerdo nunca se apagó.

12 escritos dispersos.Where stories live. Discover now