-Tae! Ve a abrir la puerta por favor-la escuché decir a mi madre y fue lo de lo peor que pude haber hecho nunca, ese día fue en el que entré a prisión. Eso fue hace ya algunos meses, solo me quedan 4 meses de condena por cómplice de la venta de drogas de mi padrastro.Desde que llegué me hicieron la vida imposible a pesar de tener un buen cuerpo y fuerza, los demás me superaban, hasta que lo conocí.
Al rededor de la mitad de mi condena dijeron que iban a asignarme un nuevo compañero que llegaba desde una prisión de máxima seguridad, era mi oportunidad, si yo lograba superarlo sería el más respetado del lugar.
Ese día me desperté por la sirena de inspección, verificaban que estuvieran todos en sus celdas, luego del suceso llegó un guardia con el hombre esposado y con el cabello en sus ojos. Él se dignó a ordenar sus cosas, fui hacia él con intenciones de que me respetara pero cuando me acerqué y lo vi bien me quedé de hielo. Un hombre unos años mayor que yo, de menor estatura, con cabello negro por poco cubriéndole los ojos, esos ojos me atraparon, tan oscuros y gatunos, tan misteriosos.
-¿Qué haces? Idiota- se lo veía tan delicado que me sobresalté cuando me faltó el respeto de esa manera tan linda.
- Soy Kim TaeHyung y tú? Me dijeron que me traían un compañero desde máxima seguridad, no de una tienda de mascotas- dije mientras lo miraba desafiante.
-Ja ja ja¿no sabes quien soy? pequeño Kim- lo miré extrañado, capaz lo conocía pero no sabia decir de donde- Min para ti, mis empleados me dicen Suga-
- Usted es el jefe de mi patrastro, por su culpa yo caí aquí- me altere mucho.
- El principal y único, soy el mejor narcotraficante del país, un gusto niño-
- Aquí el que tiene apariencia de niño eres tú-
- Mira no te intentes sobre pasar porque el que manda en esta prisión y en todas las demás, soy yo. Me gusta tu actitud niño -
- Que tiene que ver mi actitud en esto-
- Serás mi protegido, esa cicatriz me dice que no te tratan bien aquí, nadie te hará daño si estás a mi lado. ¿Qué dices? -
- Me conviene- decidido.
- Así me gusta - dijo mirándome peligrosamente.
Allí comenzó mi buena vida, esa misma noche a la hora de dormir el mayor se quitó la camiseta y pude ver su delgado pero escultural cuerpo, he estado enamorado de su persona desde ese instante, es calculador, misterioso e inteligente.
Me convertí en su protegido, era el especial dentro de su bando. Él siendo así de apariencia débil, con esos rasgos tan femeninos, en poco tiempo volvía a tener todo el poder aquí dentro, según él no era la primera vez que era encarcelado en su vida.
Una ocasión yo estaba en la sala de recreación y un hombre se acercó a mí, supe que no era bueno solo por el hecho de que ya me había estado observando repetidas veces, cuando nos dijeron que debíamos salir yo quedé al último junto con él. Sucedió lo ya tan temido, quiso abusar de mí, el sujeto solo se acercó insinuante y decidido, no me pude mover hasta que comenzó a besar mi cuello, allí reaccioné, me libré del hombre pero no duró mucho, volvió a sujetarme y a encerrarme entre él y la pared. Eso hubiese terminado muy mal de no ser gracias a Min que al no verme en la celda fue a buscarme y por suerte llegó a tiempo, yo me mantenía forcejeando con el hombre para que no me quitara la ropa.
-Oye- gritó mi guapo cuidador -que haces con mi niño, imbécil-se abalanzó sobre nosotros.
-No eres nadie para venir a decirme algo a mí, con esa cara de niña buena- me soltó, mientras yo acomodaba mis ropas el más bajo le dijo algo que no logré escuchar pero, eso hizo que el acosador se vaya enojado.
-Gracias- dije avergonzado.
-No hay de que para ello estoy -me abrazó de manera linda, se separó para mirarme quedando aún muy cerca -Quiero ser el único con el derecho a tocarte, que seas solo mío -dijo mirándome con esos hermosos ojos tan oscuros y expresivos que me decían que tenía un sentimiento fiel, el verdaderamente sentía algo por mí.
Con la cercanía que poseíamos pensé en besarlo, en ese instante llegó un guardia y nos indicó que vayamos a nuestra celda porque ya era de noche, seguimos dichas órdenes.
Ya en dicha celda hicieron una revisión para concretar que estén todos los reclusos, Min se dignó a ir a la cama para dormir. Antes de que él hiciera eso ya con todos dormidos me acerqué al mayor, dicho hombre me dijo que le debía una respuesta a lo que decidí plantarle un beso dulce y que le indicara mis sentimientos.
-Espero que eso responda tu pregunta- en el momento en el que iba rumbo a mi cama me agarró del brazo y me atrajo hacia él, caí en su cama.
-Aish, ¿qué haces?- me quejé por la sorpresa del acto.
-Yo hago lo que quiero, eres mío, ahora duerme conmigo por favor- era la primera vez que me pedía algo cortésmente- Abrázame niño-
No emití sonido y me recosté con él, era una sensación de calidez que hasta ahora no habíamos tenido.
Otra anécdota de nuestra "relación" fue la primera vez que tuvimos sexo, Min tan sensual y erótico que prácticamente era el que llevaba el ritmo de mis movimientos. Hizo cosas expectaculares impulsadas por el sentimiento de calor y los gemidos roncos de mi parte, la manera en la que se autopenetraba con mi miembro era fantástica él si sabía moverse. De un momento al otro yo tomé el control, luego de unos minutos comenzó a jadear muy excitado lo que me indicó que había encontrado su punto. Así estuvimos un largo rato, disfrutando de nuestros cuerpos, el uno del otro.
El problema comienza aquí mi amado salió dos meses antes que yo y tuvo que irse de la ciudad, yo estaba al tanto de esto. Esos meses que me quedaban se pasaron rápido y sin complicaciones pues gracias a mi guardián yo había quedado con una reputación bastante fuerte.
La noche antes de que yo saliera me llegó una carta que decía " Mi amado TaeTae, he dejado un boleto para que cuando salgas tomes un avión hacia donde vivo, te esperaré en el aeropuerto".
Al salir me entregaron mi ropa, dinero y el boleto lo que hice fue ir para tomar el avión, por suerte tenía el tiempo necesario para ir a mi casa hacer las maletas y tomarlo.
Ya en otra ciudad bajé del avión y no veía al muchacho del cual todavía no sabía el nombre, me senté para esperar a ver si lo encontraba. Esperé media hora y no apareció, me encontraba en una ciudad desconocida para mí, no tenía a donde ir, cuando me levanté para irme fuera y ver a donde podía ir me encontré con lo más hermoso visto nunca.
Él se encontraba saliendo apurado de un Ferrari, con el cabello mojado y despeinado; vestido de traje negro, camisa blanca y corbata, tan elegante como un hombre de negocios.
-Min pensé que no vendrías- dije abrazándolo, ambos soltamos una lágrima.
-No me digas Min, desde ahora en más soy YoonGi- puso sus manos en mi cuello, la diferencia de altura era notoria.
-Te amo YoonGi- lo besé sin problemas -Ahora a donde vamos, mi hombre de negocios- era tan dulce fuera de prisión, demasiado sensual.
-Yo también te amo TaeTae- agarró mi mano y me llevó a su auto.
FIN.
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Espero que les guste, es el primer TaeGi que escribo y espero haberlo hecho bien. Mis saludos, gracias por leer.
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Prison~One Shot {TaeGi}~
Short Story- Mira no te intentes sobre pasar porque el que manda en esta prisión y en todas las demás, soy yo. Me gusta tu actitud niño -