Joe 1:30 pm.
─ ¿crees que sea lo correcto hacer eso? ─le pregunta Natalie.
─me odiara, pero eso hará que me olvide más rápido y rehaga su vida ─responde Joe que esta acostado en su cama abrazando la almohada a su pecho.
─poniéndome en el lugar de ella, no te lo perdonaría nunca.
─así nunca sufrirá esperándome.
─el amor puede soportar eso y más, claro, cuando es verdadero ─insiste su prima, quien no está muy contenta con lo que ella está a punto de hacer.
─no quiero hacerla sufrir ─Joe siente la presión en su pecho, esa presión que se siente cuando estas a punto de lastimar a alguien que toda tu vida has amado a plenitud. Pero la decisión ya está tomada, él cree que es lo mejor para ella. En ese momento suena el celular de Natalie. Ella sonríe.
─ ¿Quién es? ─pregunta Joe.
─un amigo.
─con lo guapa que estas, a cuantos tendrás detrás de ti ─sonríe. Natalie suspira, si tan solo Joe supiera. Ella responde el mensaje y apaga su celular. Joe recuerda que tiene que también tiene que escribir algo, escribe y borra varias veces, al final, cuando cree que es el mejor mensaje que se le puede ocurrir escribir en ese mal momento, se lo envía.
─pobre Dezzire.
─ya por favor, no me hagas sentir peor.
─hombre tenías que ser ─dice eso, se pone de pie y se marcha. Enciende la radio y en MQ music justo están pasando la canción “entre la espada y la pared de Nicole pillman” si, así es como él se siente, entre la espada y la pared. Pero no hay vuelta atrás. Sube el volumen de la radio y se dirige a la ducha, es hora de alistarse. Que pase lo que Dios quiera que pase. ¿Qué podría pasar? Se alista lo más rápido que puede, pasa por la mesa donde el almuerzo está servido, se toma un vaso de refresco y sale disculpándose de su madre, prometiéndola que volvería rápido y para ello se ayuda con un beso en la frente. Tras él sale Natalie. Joe para un taxi, le dice la dirección y llegan en tiempo record.
─estaba rico el almuerzo ─se queja Natalie─ ¿Por qué no me dejaste comer?
─ves que estoy a punto de hacer la burrada más horrible de mi vida y tú piensas en comer ─la regaña.
─burrada que yo no estoy para nada de acuerdo ─se siente culpable─ ni se porque estoy aquí, yo no debería apoyarte en esto.
─no hay vuelta atrás, no tienes opciones.
─Dios me líbrame del karma, del ojo por ojo, de pagar con la misma moneda…
─ya párale, no seas ridícula.
Faltando cinco minutos para la hora acordada, la ve llegar, preciosa como siempre… el vestido le queda bien y muchas veces le cruza la idea de arrepentirse de lo que está a punto de hacer, pero vuelve a pensar que es lo mejor. En fin, comienza a acercarse a ella sin que lo note. Recibe un mensaje al WhatsApp donde Dezzire le anuncia su llegada.
Cuando llega hasta ella, la abraza por la espalda y hace aparecer una flor de color roja delante.
─ ¿quién crees que tiene más ganas? Llevo diez minutos aquí