Capítulo I

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Odiaba estar allí, odiaba que nadie se le acercara porque su apariencia daba miedo, odiaba que lo grabarán cuando se sentía mal, odiaba la mirada triste y culpable de JR, odiaba los ojos vacíos de Minhyun, odiaba el fingido ánimo de Ren, odiaba no tener a un bromista Aron que le sacara una verdadera sonrisa.

Suspira cansado y se deja caer de cara contra la almohada. Fue un día muy movido y todos en esa enorme casa estaban muy cansados, pero aún no podían dormir ya que la cena pronto llegaría.

Baekho voltea sólo para ver la hora en su celular: 10:01 pm. Lo deja bajo la almohada y se percata de que está solo en la habitación. ¿Acaso todos se fueron a cenar y no lo llamaron? Bufa molesto y se pone de pie, se coloca un abrigo negro y está por salir de la habitación, cuando la puerta se abre con rapidez haciendo que peque un brinco del susto.

—¿Lo siento? —sonríe nervioso el menor al ver a Dongho fruncir el ceño—, la cena ya está servida.

—No pasa nada —dice de mala gana el azabache, pasando por al lado del temeroso chico y empujándolo a propósito.

Sabía que su actitud era mala, pero estaba muy enojado como para ser agradable en estos momentos.


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Ya no aguantaba más, hace momentos los entrenadores le habían regañado por su negativa actitud ¿Y qué querían? ¿Qué estuviera feliz de estar allí?

¡Maldita sea! Y para colmo el jefe les había pedido que mostrara una actitud más simpática ante las cámaras ya que las fans se quejaban de lo mal que se veían.

Minhyun fue el primero que se quejó diciendo que no podía fingir estar feliz, pero JR lo mandó a callar y le aseguró al Ceo que mostrarían sus mejores expresiones para la próxima.

¿Cómo podía ser tan educado? Nunca entendería esa actitud de JR, quizás por eso le estaba yendo tan mal.

Salió a correr para despejar su mente pero eso no lo ayudo en nada. Se detiene una vez frente a las escaleras del edificio, con la respiración agitada y el dolor en las venas: grita, grita con todas sus fuerzas intentando sacarse ese dolor y frustración. Cae de rodillas sintiendo que sus ojos se llenan de lágrimas, escucha como pasos seguido de un grito y ruido de hojas. Voltea encontrándose con una escena que lo hace reír: un chico pelea para ponerse en pie, lo único que se ven son sus piernas que se mueven de atrás para delante haciéndolo ver muy patético.

Dongho con rapidez limpia sus lágrimas mientras se pone de pie, se acerca y lo ayuda a salir de entre los arbustos sorprendiéndose al ver que es Daehwi, el chico que trató mal hace una semana. Éste se asusta al verle, hace una rápida reverencia y casi sale corriendo si no fuera porque logró tomarle del brazo.

—¿No vas a decir: gracias? —pregunta con seriedad, por alguna razón le apetece jugar al malo con ese chico, sus expresiones son muy divertidas.

—¡Sí! Lo siento ¡Digo, gracias! —nervioso el rubio vuelve a hacer otra reverencia, demasiado asustado como para mirarle a los ojos.

—¿Eso es tuyo? —Dongho apunta a unas pequeñas botellas de jugo en el suelo, el menor asiente y enseguida ambos se ponen a juntarlas, son cuatro en total—. Me quedaré con ésta —dice con seriedad agarrando una botella.

—Es que... es para... —intenta negarse Daehwi pero sus nervios le juegan en contra y ni una palabra le sale. El mayor comienza a reír y eso le extraña—. ¿Hermano mayor?

—Era broma —sonríe de forma brillante Dongho al tiempo que le devuelve la botella—. Eres lindo, suerte —con una mano revuelve los cabellos del contrario antes de subir las escaleras y entrar al edificio.

Mala impresiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora