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Ella era un copo de nieve, por lo fría.

Un eucalipto, por lo fresca.

Un huracán, por su forma radical de pensar.

Un gato, por su forma tierna o arisca de actuar.

Un acertijo, por lo misteriosa.

Un café, por su gusto amargo/dulce.

Un libro, por lo interesante.

Una estrella, por lo brillante.

Ella era ella. Algo que sólo podían ver las personas que se interesaban en realidad. Las personas igual de extrañas que ella.

-Ágata

El diario de Ágata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora