Con miedo al amor.

Vivo día a día, sin rumbo divago por el mundo, con la esperanza de encontrar mi destino, con la esperanza de encontrar el amor, ese amor tan codiciado, uno de cuentos de hadas como los que escuchaba cuando era pequeña, cuando creía que todos los sueños se cumplían, cuando creía que el mundo era perfecto esperaba con ansias las historias de mi abuela sobre princesas que encontraban a sus príncipes y vivían felices por siempre.  

Pero lamentablemente he caído del cielo, del vuelo en el que me encontraba, he despertado de ese maravilloso sueño en el que encontraba al amor de mi vida mi amor verdadero, ese príncipe que cuidaba de mí y me protegía de todos los peligros, en donde yo solo conocía la felicidad,

Extraño ser niña porque pensaba que todo era bondad, amor y ahora que desperté sé que yo no sé cómo amar, no tengo esperanza de amar ni de ser amada. 

Me llamo Meri Stuart tengo 17 años un pasado que me persigue y me ocasiona pesadillas, mis amigos me juzgan, mis padres no pueden entender lo que me pasa, por donde voy, los que conocen mi nombre, me juzgan, comienzan a susurrar y divagar  “lo que han oído sobre mí”.

Quizá mi pasado no es tan malo, quizá solo exagero, quizá las personas hablan solo por hablar.

Mi abuela se marchó cuando yo tenía 6 años y desde ahí deje de ser la niña linda y bien portada que todos adoraban, ahora era la niña que sufría por la pérdida de su abuela a la que todos debían cuidar mientras sus padres trabajan.

Cuando tenía 7 años acepte el hecho de que mi abuela se marchara, pues ella se había casado he ido con su marido, que por cierto me caía muy bien.

Cuando tenía 11  años mi prima Sasha la más cercana de todas tuvo su primer novio, Shawn ella decía que tener novio era de lo mejor, que Shawn era su príncipe soñado y yo le creí pues era una niña ingenua, entusiasmada con la idea del amor, a los 11 años mi prima me sugirió que fuera novia de uno de los primos de Shawn, como yo era tan boba dije que sí, yo confiaba en Sasha, hacía todo lo que ella me pedía, pues pensaba que era genial y todo lo que ella hiciera estaba bien. Poco después fui novia de Danny el primo de Shawn, él era un encanto pues ambos teníamos 11 años, éramos buenos amigos, jugábamos y lo pasábamos bien, pero yo no quería ser su novia, así que lo deje.

-Hola Danny!- le dije un poco nerviosa.

-Hola Meri!-  me respondió alegremente.

-Esto, me caes muy bien, pero no quiero ser tu novia- Listo lo dije, pensé.

-Oh, vaya claro- me dijo Danny, su sonrisa cayó.

-Oye Danny, ¿sucede algo? – le pregunté.

-En realidad, te traía esta flor- oh vaya, pensé, esa flor era realmente hermosa.

-¿Era…. Para mí? – Respondí, aun sorprendida.

-Sí, pero yo quería dártela y decirte que me encanta que seas mi novia, porque, yo… te quiero- Vaya, esos sí que no me lo esperaba.

-Escucha Danny, yo… podemos seguir siendo amigos, me la paso genial contigo- le dije aturdida.

-Yo no puedo estar junto a ti y ver cómo le sonríes a otros, yo quiero que solo me quieras sonreír a mí- me dijo.

Yo no sabía que más decir, de verdad que no me esperaba todo eso, si solo teníamos 11 años.

El tiempo paso, pero Danny no se volvió a acercar a mí.

Luego cuando tenía 12 años mi prima me obligo a ser novia de otro de los primos de Shawn, yo no quería, pero ella era convincente y terminé aceptando.