[end]

419 68 64
                                    

—Voy a ser una estrella en el escenario y tú serás mi universo ahí, mirando en primera fila.

—Eres demasiado cursi, hyung.

Guanlin ríe acariciando el mentón con la barba creciente contra sus dedos, Dongho adormecido mirando el techo de su cuarto desde su cómodo lugar entre los brazos del bajo.

—¿Lo harás?—, le pregunta el mayor.

—Es una promesa.

El moreno se estira para mirar al chico, quién le sonríe con sueño. —Promesa—, susurra antes de besar los labios pequeños del ajeno.

















La alarma suena y los recuerdos de sus catorce se desvanecen, algo que desearía que pasara con el sueño en sus ojos. Siete en punto de la mañana, horario de escuela.

Medio dormido, se despereza y sale de la cama directo al baño, haciendo todo lo que tenga que hacer a esas horas antes de ir a la cocina a desayunar. Se mira en el espejo y ríe al ver su reflejo. Dongho estaría sorprendido de verlo tan alto y delgado. Mamá también se sorprendería si no le viese todos los días.

—¡El desayuno está listo!—; escucha a su madre y Guanlin se apresura en terminar y acomodarse dentro de su uniforme.

Bajando, el olor a los platillos mañaneros de su país querido le dilatan los sentidos y está tan listo para comenzar un nuevo día.

—Come bien ¿si? Hay tiempo hasta para ver televisión—, le dice su madre dejando un poco de arroz frente a él en su lugar de la mesa.

Estaba ensimismado con comer, por lo que no se percató de la televisión encendida y la voz de la presentadora hasta que un nombre resonó por los parlantes.

Baekho, reconocido cantante de nuestro país, ya está en camino hacia Japón para dar un miniconcert promocionando su nuevo álbum anticipado en varias partes del mundo, sobretodo aquí en Corea y países hermanos. Tenemos a uno de nuestros reporteros en el aeropuerto, señor Lee.

Dejó los palillos sobre el bol de arroz al ver como el reportero trotaba a un lado del hombre moreno, haciendo preguntas casuales que eran monótonamente respondidas por el cantante. No logró escuchar bien pero seguro era una pregunta de esas donde exigían saber si había alguna dedicatoria escondida en su último trabajo.

Dentro de su adolescente y emocional corazón, Guanlin esperaba escuchar alguna señal para identificarle como la musa del álbum.

No hay una musa esta vez, el resto las responderé en una entrevista apropiada, con permiso—; Baekho se alejaba de las cámaras con una elegancia digna de él mismo. Guanlin se permite sonreír y retomar su desayuno.

—Mira nada más—, comenta su madre sentándose en la mesa a un lado suyo. —Dongho ya está dando conciertos y eso que apenas sacó el disco. Ese niño nunca cambia. ¿No has hablado con él?

Mastica y traga lentamente, pensando en una respuesta apropiada de otorgar a mamá. Ella le mira curiosa, sabiendo hasta de sobra lo que alguna vez fueron ellos dos. Sabe que en el fondo de su amable corazón, ella sufre por verle tan perdido en sus pensamientos desde que Dongho emprendió camino.

—Nosotros ya no hablamos.











Esperando paciente el despegue de su avión, Dongho toquetea su móvil, pantalla encendida y brillando en una cadena de mensajes entre él y Guanlin.

So, we don't talk anymore | DongLinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora