La última pesadilla

5 0 0
                                    

Nada mas llegar a mi pequeño piso, me dejo caer en mi pequeña cama.

Hoy fue un día agotador, demasiadas noticias y sobretodo trabajo.
Este día esta resumido en un abismo de desesperación, me despiden, en breves llegara el día del pago de todo: electricidad, agua, hipoteca...

Todo se me hace mas pesado, y mañana por la mañana debía buscar un nuevo trabajo, me da igual de lo que sea, solo quiero dinero y poder vivir en paz, la poca vida que he tenido a sido horrible, quería tener por lo menos mis años de adultez y vejez en paz.

Dejo salir un largo suspiro para proseguir con una pequeña caminata hacia mi cuarto de baño, solo por hoy necesitaba un tiempo extra en la bañera.

Después de unos largos minutos disfrutando de la cálida agua cristalina, decido ir a mi cama y por lo menos dormir algo, aunque dudaba de ello.

- ¿Donde estoy? - el lugar es frío y tenebroso, mi vista se limita al color negro y unos pequeños sollozos en la lejanía. ¿Quien lloraba?

- Mama, papa, no me dejéis por favor - todo quedo en nitidez al escuchar mi propia voz.

Los cuerpos de mis difuntos padres y hermanos se hallaban en los brazos de la frágil chica de hace 8 años atrás, mi anterior vida que fue robada por ese bastardo.

- Andrew, aguanta tienes que quedarte conmigo, no quiero estar sola ¿como podre vivir sin vosotros? - las lágrimas desbordaban de las mejillas de mi antigua yo, como cascada en plena lluvia, lo único que se podía apreciar era al hombre de 23 años edad, con su palidez de nacimiento aunque mas acentuada, con sus mares en su mirada, apagándose lentamente mientras su corta melena azabache estaba siendo acariciada por la chica deprimida que se encuentra sentada en el suelo, sujetando el cuerpo de casi sin vida de su hermano.

No podía seguir viendo esta maldita escena.

Todo volvió a ponerse oscuro, por una parte agradecía a mi cabeza trastornada al poner censura en mis recuerdos mas también la odio por hacerme recordar este momento cada vez que me van las cosas muy mal.

- Señorita Walker me temo que no pudimos hacer nada por su hermano -  ahora la misma frase de aquel medico que me predijo un futuro oscuro y solitario, con unas cortas palabras se despide y me deja a solas con los tres cuerpos sin vida de mis padres.

- Ojala te pudras en la cárcel en la que te encuentras Oscar, pudrete y muerete -  decimos las dos a la vez, el odio que le tengo a mi exnovio es tan fuerte como mis ganas de matarle, le aborrezco y ojala me hubiera matado junto a ellos.

Y entre murmullos y algunos quejidos consigo despertarme de mi pesadilla, viendo casi de inmediato mi reloj digital, indicándome que ya era hora de levantarme.

Busco mis gafas entre todas las mantas, encontrándolas en el suelo, tiradas como muñeco de trapo abandonado.

Media hora después me encontraba saliendo de mi casa, dispuesta a encontrar algún trabajo y poder conseguir algo de dinero.

Y así lo hize durante todo el día entero, llegando de nuevo a mi hogar rozando la medianoche, cansada de rechazos o un "la llamaremos" me dejo caer en mi sofá, delante de la pequeña televisión que casi nunca se enciende.

- ¿Que hice mal padres? Toda este vida de mierda que llevo, hubiese sido mejor que hubiera muerto a vuestro lado, dejaría de sentir este vacío en mi pecho - sujeto con fuerza mi pecho mientras unas cuantas lágrimas traicioneras recorren mis pómulos, llegando a mi barbilla y cayendo a mis piernas, las limpio con rapidez y comienzo a respirar, necesitaba tranquilizarme.

Agotada de todos los pensamientos, decido ir a caminar un poco a la calle, necesitaba aire fresco.
Cambio mi ropa formal por un chándal grisáceo con toques negros y blancos. Recojo mis audifonos de mi armario y pongo mi musica a un nivel no muy alto. Cierro la puerta tras de mi, dando pasos casi sin pensarlo, ahora mismo no tenia rumbo alguno, solo quería paz y tranquilidad.

Y así pasaron lo que fueron para mi minutos para el resto del mundo fueron tres horas, si no volvía a casa seguramente no pueda levantarme para poder buscar por la mañana algún trabajo, aunque, he perdido total confianza en mi misma y en mi suerte, ¿vale la pena seguir a delante o no?

Empezando de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora