Muchas veces nos preguntamos porque nuestra vida es tan cruel, pero nunca nos pusimos a pensar en lo que pueden estar viviendo otros.
Era una tarde soleada y los nenes de cuarto grado de la escuela N°21 habían salido a jugar al patio.
La seño Mariela los cuidaba, en eso llega la maestra nueva. Se saludan y miran a los chicos.
–Miralos, tan inocentes. No tienen idea lo dura que es la vida– dice la nueva
Mariela la mira y contesta:
–No es así, entre estos chicos hay cada historia. Ves a ese nene, el chiquito de pantalón azul– dice señalando a Joaquín– el padre está preso hace 4 años por violador. Y el que es la mancha ahora, si el rubio, la mamá se prostituía y tiene que vivir con la abuela. De los 3 nenes sentados en el banco prestale atención al más flaquito–
–Si–
–Tiene leucemia. La nena sentada sola en ese rincón, llora todos los días, su hermana se suicido hace 3 semanas– contempló la cara de su compañera por un momento y siguió –Las mellizas de allá; padre drogadicto, para fines del 2015 ya había matado a su esposa y se había dado a la fuga. La flaquita de trencitas viene de una familia muy pobre, y cómo no, tiene 14 hermanos. No creas que nuestra vida es mucho más difícil que la de ellos. Hay que aprender a apreciar lo que tenemos y pensar que hay gente en peores condiciones.
Maru llamó a los nenes y entraron al aula, mientras que la otra maestra se quedó pensativa en el patio.