Las luces rojas en su celda comenzaron a parpadear y eso fue suficiente para hacerlo caminar a través de toda la nave hasta llegar a la gran silla flotante, aunque sus piernas temblaran más que un puente colgadizo se obligó a arrodillarse como marcaba el protocolo—. Señor Thanos ¡Oh rey del infinito! ¿Cómo puede servirle este pedazo de basura?
La gran sonrisa amarilla se asomó. Loki solo pudo cerrar brevemente los ojos para calmar su miedo—. Has sido bueno, jotun. Muy bien sabes que a tu amo le encanta recompensar a fieles sirvientes—se levantó, sus pasos resonaron a través de todo el salón—. A veces me gusta corromperlos y ver como arruinan aún más su vida.
—Me va a matar—sonrió inconscientemente, al fin terminaría.
—No te hagas esas ilusiones. Voy a dejar que tu mates a alguien más...sé muy bien a quien escogerás—un "clic" hizo al azabache dar un salto. Thanos se sacó el guantelete para dejarlo enfrente de él. Ahí estaba, tan dorado y brillante, las gemas parecían emitir su propio brillo—. Si yo pierdo, Loki Laufeyson también lo hará.
Miró al titan, esperando que fuera un sucio juego pero no notó ni un rastro de duda, realmente le estaba dando la oportunidad de borrar a alguien. Aún con sus manos temblorosas tocó la gema verde, concentró todos sus pensamientos en un solo ser, aquel asgardiano de un supuesto buen corazón, su rey, su hermano, su enemigo.
—Yo deseo eliminar a Thor Odinson.
Ningún persona me pertenece
Capítulo 12
Los fantasmas son reales
Stephen Strange sobó sus sienes y le dio otro trago a su té de menta. Thor se había pasado quejándose de Loki desde su llegada. No paraba de decir lo herido que se sentía su corazón mientras vaciaba barril tras barril de hidromiel. Sus palabras pronto empezaron a arrastrarse por el aire, entonces Strange decidió obligarlo a sentarse.
— Han estado en peores ¿No? —le quitó el tarro
Los ojos azules se llenaron con mar salado—. Pero nunca me había matado en otras vidas—su capa fungió como pañuelo. Habían intentado lastimarse mutuamente ¡vaya! Incluso se hicieron heridas riesgosas; romperse huesos, apuñalarse, cortar piel, un sinfín de golpes...sin embargo...el alma, con esa nunca jugaron, procuraban curársela mutuamente, ya sea dejándose maltratar o amándose en una noche ardiente.
Quien viera a Thor diría que estaba haciendo un berrinche, algo innecesario e inútil viendo la situación actual pero llegó a su punto bajo. No podía salir de esa impresión y sentimiento de traición.
—Y ahora tengo que rescatar su alma...—frunció el ceño—. Cuando el mando la mía al carajo ¡Oh! Thor ¡Sálvame a pesar de ser un...un completo bastardo! —guardó silencio unos minutos para después soltar una carcajada— ¡¿Y sabes que es lo gracioso?! Que posiblemente si es un bastardo por que su padre no lo reconoció...pobre...pobre del amor de mi vida ¡Oh eternidad! ¡Mi dios travieso cuanto ha sufrido! Bello amor...
Stephen volvió a soltar un suspiro—Mira Thor no tenemos tiempo—con un ademan de su mano creó un portal, en él se veía a Loki con ataduras hasta en los dedos de sus pies, inútilmente trataba de zafarse—. Debemos meter los dos pedazos de alma que tenemos y además la historia de Thomas Sharpe está casi concluyendo, tienes un deber.
Thor echó la cabeza para atrás. Bien, la miseria sabor hidromiel podía esperar.
Pero realmente necesitaba dormir.
Así que sin hacerle caso al hechicero supremo cerró sus ojos, entregándose gustoso a ese tal Morfeo.
Cuando vio aquella montaña roja comprendió porque le llamaban la cumbre escarlata. El tétrico escenario era digno de una obra gótica y aunque ya había visto el filme no podía dejar de soltar unos cuantos "wow" asombrado por la vista. Thor hubiese querido estar más tiempo ahí, tirarse entre la nieve teñida como cuando solía ser un niño y visitaba Midgard junto a su familia pero recordó el final. Para estos momentos Thomas Sharpe seguramente se encontraba peleando, poco tiempo restaba a su vida.
Comenzó a caminar directo a la entrada, no se escuchaba más que el sonido del viento, algunos árboles secos de vez en cuando crujían, todo era tan melancólico, sombrío...desamparado. A su mente vinieron recuerdos de aquellas veces en las cuales Loki pintaba paisajes invernales.
El olor a pintura provocaba en Thor una sensación de haber llegado a casa, así como una comida casera atraía a los guerreros a sus hogares, el óleo lo conducía hasta los brazos de su amado pintor. Cabe aclarar que el arte de Loki no era agradable, definitivamente no sería algo que colgarías en una sala. Por lo general todo estaba oscuro, la sangre nunca faltaba al igual que las caras afligidas, sin embargo, en contadas ocasiones su estilo daba un vuelco, cambiaba a tonalidades pastel, lugares luminosos y aquella vez fue así.
— ¿Qué te puso tan contento? —sonrió Thor al entrar—. Si pintas cosas lindas sé que fue un gran día.
Loki sonrío enseñando la dentadura—. Nada en especial, solo solucione un par de asuntos pendientes.
Thor no sabía que Loki había ido a hablar con Hela ese día.
— ¿Qué viene a hacer aquí? —una voz femenina lo sacó de sus pensamientos.
El asgardiano miró hacia abajo, ahí una pequeña rubia casi moribunda lo miraba asustada. De inmediato la reconoció, era Edith
—Vengo a visitar a Thomas Sharpe—carraspeó—. Soy el oficial Owen Chase, un viejo amigo...
La joven se tensó al escucharlo, su compañero, ese tal doctor Dr. Alan tuvo la misma reacción. Para este punto Thor estaba más que seguro de que ya había ocurrido la muerte de los Sharpe.
—Sí, él solía hablar mucho de usted. Sobre su gran amistad rumbo a America...—Edith siguió caminando, su vida en esa casa terminó y de nada servía involucrarse más —. Solo encontrará fantasmas en esa casa, señor.
Tampoco hizo el intento para detenerla. Muy dentro suyo, sentía celos por esa chica pues ella sí pudo casarse con Thomas pero eso era un pensamiento secreto, debía mantenerlo alejado. Como sea, siguió caminando, poco a poco acercándose hasta llegar a la entrada de la mansión, se imponía de cerca y desprendía un aire macabro parecido al Helheim gracias a las rancias paredes aunado al suelo lleno de sangre.
A comparación del exterior, este no era un lugar en donde Thor quisiera permanecer demasiado tiempo ni el cual exploraría solo por curiosidad, prefería marcharse rápidamente. La casa, en serio le provocaba un miedo terrible casi irracional para una persona tan acostumbrada a estas circunstancias. Se obligó a controlarse, solo enfocándose podría encontrar el alma.
Pero la melodía del piano casi lo paraliza.
Lucille.
—Así que...—se escuchó su voz, un eco que hizo retumbar la mansión— ¿A qué vienes, oficial Chase?
Thor lentamente fue girando su cabeza, encontrándose con Lucille aún más aterradora de lo normal, parecía estar quemada pues un negro petróleo la coloreaba y sus manos ahora solo eran huesos...y sus ojos ¡Oh! Sus ojos representaban perfectamente el infierno.
—Lucille ¡Dime en dónde está el fantasma de Thomas! No compliquemos más las cosas.
El fantasma sonrió— ¿Te refieres a esto? —De su cintura tomó un hilo dorado. Lo miró como quien mira lo más valioso de su vida, incluso se distinguió un brillo en sus ojos muertos—. Thomas se fue pero pude guardar esto y créeme que no me lo vas a poder arrebatar.
c-c-c-c
Ahora si me tarde, pero no tenia ni inspiración ni motivación.
Por eso es tan corto.
Gracias a las personas que me inspiran para seguir, si no fuera por sus comentarios esto tardaría mucho mas: Hoshi-san, h_nikiforov, tigerxbunny18, Misticgirl_35 y BanetteDoll-Ivonne-
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Wake up in the Afterlife
FanfictionEl Ragnarok se ha adelantado y la muerte de Loki también. Thor se niega a dejarlo ir, recuperará los fragmentos del alma del azabache sin importar cuantos universos tenga que recorrer, si un día tiene que ser un cazador, un recepcionista de unas loc...