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─ Eres realmente una mujer astuta Tachibana-kun ─ podía sentir su sed de sangre mientras corría a toda velocidad por el bosque, aunque era incapaz de verla, ella lo estaba cazando como si de un manso corderito se tratase. Pero él no era un manso corderito, ella lo sabía tanto como él, estaba más que claro para ambos pero aun así querían jugar con el otro.

Había esperado enfrentarse a ese pequeño demonio desde su encuentro pasado, temblaba de la emoción ante la posibilidad de rebajarla, derrotarla, hacerla ahogarse en el sentimiento de impotencia nuevamente. Ella aún le guardaba rencor por el desarrollo dado en el anterior TGC en el que ambos se enfrentaron; ahora todo era distinto, ella era más fuerte, él se estaba divirtiendo el doble y la diferencia más marcada es que ahora se encontraban solos. Estaba corriendo sin parar, dando vueltas en círculos por el campo, para poder confundirla y encontrar el momento exacto en el que más dolorosa le parecería la derrota, así el triunfo le sabría mil veces más dulce a él. Cuando estaba a punto de doblar hacia un grupo de frondosos árboles, su pequeño demonio salto de ellos; cayendo a toda velocidad hacia él, con sus piernas y brazos extendidos, el impulso de la caída levantaba su camiseta y sus pequeños shorts mostrando la piel que normalmente tendría oculta. En su rostro la acompañaba esa sonrisa llena de locura que tanto lo seducía, realmente le gustaba esa mujer.

Por inercia él sonrió lleno de maldad, ante la vista que ella le daba.

Era el momento perfecto para derrotarla. Esta vez, independientemente de los resultados, tomaría todo de ella. No había podido olvidar sus pequeños y rosados labios desde que lo derrotó, había fantaseando miles de veces con el sabor de su boca, el de su piel, los pequeños y dulces gemidos que haría cuando la tomara, todo eso se mantenía obcecándolo constantemente.

─ ¡MIDORI-SAN! ─ Que gracioso era para él que mantuviera las formas correctas de hablar, a pesar de lo perdida que estaba en su locura.

─ Tachibana-kun~

En ese momento ambos extendieron sus armas, dispuestos a destruir al otro, apuntaron hacia el rostro y ninguno dudo en disparar. El eco de ambas armas al ser disparadas sonó por todo el lugar, seguido del silencio sepulcral acentuando la derrota de uno de ellos. Se había decido un ganador y un perdedor.

Acaba de finalizar el tercer enfrentamiento entre el rey del TGC y la demonio de la muerte.

En el primero; él la derroto absolutamente con la ayuda de su francotiradora. En el segundo; él la acorralo hasta el límite y ella lo derrotó sin darse cuenta. Ahora con los nuevos resultados, uno había tomado la ventaja sobre el otro; pero ambos se olvidaron de ello al sentir la invasión del otro dentro de su cavidad bucal, ninguno de los dos podría decir quien empezó besando a quien, estaban luchando en su cuarto enfrentamiento y el que saliera victorioso de este sería el ganador definitivo.

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Notas de autora: Tengo un amor increíble por este crack pairing, especialmente por Midori; espero en algún futuro escribir algo mejor, más largo y más estructurado sobre Hotaru y Midori.

Last BattleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora