Starboy/girl | Parte única

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El silencio y la calma inundaban la espaciosa habitación de hotel, siendo ya pasada de la media noche. La única iluminación era la que dejaba pasar la cortina después de una leve corriente de aire, la luz de la Luna alumbraba el pulcro lugar durante un lapso reducido. Un par de copas de penetrante aroma a vino tinto descansaban completamente vacías en la mesa principal del comedor, a un lado de una taza tirada de café derramado, y un cenicero repleto de colillas de cigarro. Los acontecimientos que antecedieron a la aparente paz fueron mucho más agitados.

Dos personas de distinto sexo y complexión disfrutaban de su compañía mutua, y de la bebida. La silueta más pequeña, una joven mujer de no más de veinticinco años estaba sentada frente a un hombre de aspecto fornido, cuyo serio rostro dejaba ver una pizca de inconformidad. Ella fue la primera en acabar el vino que se le sirvió.

―Me iré a casa ya.

Acto seguido, una sonrisa llena de remordimientos y falsedad, el hombre perdió los estribos ante ello. Ambos se levantaron de sus respectivos asientos, precipitados. Más ella que él.

El rápido movimiento resultó en el café regándose de la mesa hasta la alfombra. Un jaloneo, un forcejeo, mentiras y más mentiras.

―Déjame ir.

Un último jalón, un abrazo posesivo, después un beso lleno de pecado. Aquello tenía un nombre.. Infidelidad, la más clara muestra de amor intoxicado, corrompido con el impuro deseo carnal, lujuria que pronto sería consumada por ambos amantes y de la cual sólo la Luna y la amplia habitación serían testigos. El hombre cuya apariencia podía hacer que lo tacharan de bárbaro, dejó una caricia en la mejilla izquierda de la joven mujer a la que estaba besando con tanto amor. Ella soltó una sola lágrima que pronto fue borrada con un suave beso en su mejilla, que se fue extendiendo en un rastro húmedo hasta nuevamente descansar en los rojizos labios de la chica. Pero dicho descanso duró apenas un ínfimo instante, ambas bocas parecían estar hechas la una para la otra y lo demostraban con su mutua cooperación. Las dos lenguas danzaban de una cavidad bucal a la otra, a veces sus dientes se rozaban en la desesperación de querer poseer al otro. Él llevaba el control del asunto más que ella, pero eso no le impedía intentar dominar al chico. Su chico.

De ella y de nadie más que ella.

De eso estaba segura, a pesar de que el hombre tuviese ya una hija, a pesar de que la infiel mujercita estuviera a unos meses de casarse.

Los cálidos y húmedos besos que el joven propinaba pronto llegaron al cuello de la mujer, y se extendían por toda su nívea piel. Mientras tanto, las manos del chico exploraban el robusto cuerpo de la joven adulta, brindando caricias certeras pero dulces, firmes como sólo él. La chica estremeció con las frías y grandes manos.

―Jotaro..

Gimoteó el nombre de su amante, que pacientemente pasaba una de sus manos por debajo del vestido de ella. Comenzó a tocar muy relajadamente sobre sus bragas blancas, al mismo tiempo guiándola, torpe, hacia la habitación que compartirían esa noche. La prenda interior no tardó en ser manchada por el pecaminoso elixir que la mujer emanaba, el líquido que solo podía indicar una cosa.

Y eso era que lo estaba disfrutando, experimentaba placer por engañar a la persona que años atrás juró amar con toda su alma, para siempre. La misma persona que le correspondió a cada uno de sus sentimientos, y que le pidió contraer matrimonio meses antes. ¿Qué haría si su preciado Okuyasu la descubriera en una situación como esa?

''Deja de pensar en eso, sólo te estás haciendo daño.'' Jotaro susurró en cuanto se dio cuenta que la chica derramaba una sola lágrima, que bajaba por su mejilla izquierda. Ella asintió y se dispuso a besar frenéticamente al hombre de pelo negro azabache.

Starboy/girl | OneShot, Jotaro×LectoraWhere stories live. Discover now