A vuelto a suceder. Ayer soñé con una masacre de humanos. Soñé que, pistola en mano, mataba a todo el mundo que mis sentimientos localizaban. Yo y solamente yo era el vencedor, sólo mi cuchillo era el que seguía matando. Y era feliz. Pero entonces lo vi. Vi ese ángel sobre un árbol observando los ríos de sangre que yo dejaba. Mirando cómo todos los seres vivos eran destruidos y empezó a llorar. De todo el mundo, sólo su llanto me afectó. Empecé a llorar cuando me di cuenta de que mis lágrimas eran sangre, de que mis manos estaban negras. Sólo en ese momento fue cuándo me percaté de lo que había hecho.
Decidí ir hacia ella, hacia la luz que desprendía. Quería salvar mi alma de tal hazaña y sabía que lo conseguiría si lograba alcanzarla. Entonces, mientras escalaba montañas de cadáveres, vi amigos, familia, conocidos, gente que yo quería y amaba. Conforme iba subiendo, más recuerdos obtenía de mi pasado, de mí.
¿Por qué no soltaba mi cuchillo? ¿Por qué no podía dejar de matar? Miré a mi ángel a los ojos cuando llegué a la cima y lo abracé. Ella empezó a cantar. Su voz, increíble y tranquilizadora; la letra, alentadora y todo era amor. ¿Cómo un ser tan divino y puro podía abrazar a este demonio?
Trató de limpiar mi alma pero, a diferencia de todos los demás sueños en los que yo iba al cielo, esta vez mi corazón ya estaba maldito y con una sonrisa en mi cara la maté.
Su sangre celestial goteaba por mi ser y su dulce mirada se apagaba con el resto del mundo. Entonces me desperté.
Irónico, ¿verdad? Darse cuenta de que si hubiera pasado de la puerta para contarle esto al psicólogo hoy, no me habría dejado ver a mi ángel salir de la escuela a abrazarme y a castigarme con su dulzura.
Porque al fin al cabo, todo ángel tiene a su demonio y todo demonio a su ángel.¿Por qué iba a querer matar a mi ángel? ¿Por qué me estoy volviendo loco? Por miedo, frustración, quizás. Aunque ella es la verdadera asesina sigue siendo mi ángel y no me mataría. No podría. Pero yo no puedo matarle, sería matarme a mi mismo. Llegué a la escuela y la vi. Cuando me vio me sonrió. No le importaba que faltara a las clases para ir al psicólogo, tampoco le importaba que estuviera loco porque me quería y yo a ella.
Mientras caminaba hacia mí con esa dulzura, un fuerte sonido se oyó y ambos miramos hacia el lugar de su procedencia. El mundo se llenó de sombras y una tenue luz roja se adueñaba del cielo haciendo que mi pelo se camuflara en el horizonte. Sentí ese escalofrío, quizás fuera mi último día, mi última noche, pero no tenía miedo y junto a ella corrí hacia la montaña de la cual unos ojos nos observaban ansiosos para hacernos
caer en su trampa. Nos escondimos en los árboles cuando miré a mi compañera y le dije: "ten cuidado". Ella asintió y sacó su cuchillo. Sus ojos azules como su pelo cambiaban y se iluminaban en la oscuridad. Entonces bajó y millones de personas se abalanzaron sobre ella, pero era fuerte y rápidamente seguía subiendo a la cima. Yo bajé pero lamentablemente las sombras para mí se convirtieron en conocidos y supe que era mi imaginación pero debía luchar porque estaba solo en ese momento y tenía que alcanzar la cima rápido. Comencé a matar. Me sentía increíblemente fuerte y feliz y seguí luchando hasta que no quedó nadie. Continué subiendo dejando cadáveres hasta llegar a la cima donde, en un árbol, la vi. Mi amiga deslumbrando con una luz blanca. Sus ojos eran normales y brillaban. Estaba llorando, entonces avancé hasta ella y la abracé.
Lloramos juntos y ella empezó a cantar la misma melodía del sueño. El sueño...¿Mi sueño era real? Lo estaba viviendo y un escalofrío me recorrió la espalda. Por primera vez tenía miedo aún teniendo el cuchillo en la mano.
Alcé mi cuchillo y...lo solté. El ángel sin alas me miró y me dijo: "has cambiado el sueño".
¿Cómo sabía la existencia del sueño?
-Sabía que podía confiar en ti. Sabía que no eras capaz de matarme.- La quiero, la quiero muchísimo porque mientras me lo decía su cara me sonreía. No podría hacerle daño.
-Bonita escena. -Dijo una voz a unos pocos metros de distancia.
-No me importaría hacer realidad ese sueño por ti. -Me dijo dándome a entender que había visto todo.
No temía luchar contra él pero temía por mi amiga. Había algo en la cara de aquel hombre que la paralizaba. Saqué mi espada y me interpuse entre ambos. "Saca al demonio que llevas dentro", pensé una y otra vez. No permitiré que hagan daño a lo que más quiero.
-Vaya, se hace el valiente. Será el primero en morir.
Si ella me pidiera que me detuviese, lo haría. Si me pidiera que le dejara luchar, se lo permitiría. Ella es la experta. Pero no dijo nada. ¿Por qué estaría tan asustada?
Me puse en guardia y ataqué...Las espadas chocaron, el sonido del metal se introducía en mis oídos pero yo no dejaba de atender a sus movimientos letales y rápidos. Nuestros cuerpos se movían sincronizados, como un baile. Nuestras miradas coincidían. Sus ojos de ira y los míos de frustración. Un golpe, y otro, y otro... La lluvia que nos cubría parecía ácido pero a la vez era reconfortante porque limpiaba nuestra sangre. Sólo si hubiera sabido su siguiente movimiento...
Mi espada resbaló y segundos pasaron desde que él ejecutó su golpe mortal hasta que su espada atravesó a mi amiga. Ni siquiera pude expresar el dolor que sentí porque solo conseguí agarrar mi espada para matar a ese monstruo y lo logré. Entonces supe que mi victoria no significaba nada, porque no había ganado. Había perdido lo que más quería. Me agaché a sostener su cabeza en mis rodillas, a acogerla en mis brazos. Lloré sin dudarlo. Su rostro era dulce y bonito. Sus ojos, sus pestañas...su boca... Era perfecta y yo la quería. "Te quiero" repetía todo el rato. No quería soltarla, no quería dejarla ir. Todos esos momentos que vivimos. Yo luché por ella y la perdí porque no pude protegerla. Recordé que ella me dijo que moriríamos juntos en la batalla, que seríamos amigos para siempre, que daría su vida por mí...Lo hizo. Me salvó para condenarme a un infierno sin ella, sin su compañía cada día, sin su sonrisa, sin esas pequeñas manos que coger para darles calor. No pude despedirme por mi sed de sangre, y de verdad que me arrepiento de no haberle demostrado mi cariño.
Lo que sí sabía era que no desperdiciaría su muerte. Ella quería salvarme por algo y yo seré fuerte por ella. Parece dormida, como las otras noches en las que la veía dormir y pensaba lo afortunado que era de tenerla. Así que decidí hacerlo una vez más. Decidí tumbarme a su lado y dormir con ella. Dormir con la esperanza de despertarme junto a ella por la mañana para seguir juntos...siempre.Sin embargo antes del amanecer me desperté. Por más que intentaba dormir, las pesadillas me perseguían. Recuerdo como lágrimas caían de mis ojos cuando le dije que nunca le dejaría ir. Cuando todas esas sombras casi matan su luz. Recuerdo que una vez me dijiste: "no me dejes nunca sola". Todo está muerto y se irá pasada esta noche.
-Cierra tus ojos mi dulce ángel hasta que salga el sol. Vas a estar bien, nadie puede hacerte daño porque ahora yo te protegeré.
Ya se ve la luz de la mañana y nos salvará a los dos. Sabes que haré cualquier cosa para salvarte. Mi amiga... mi ángel...mi amor. - Y antes justo de desbordarme estallando en lágrimas de nuevo, algo paró mi corazón y unas suaves palabras resonaron en mí haciendo voltear mi cabeza para escuchar...
-Karma...*****
Hola, dejo una canción que me recordó lo que siente Karma por su ángel.
- Clarissa.
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Por el Ángel
Short StoryCuando mis sueños surgieron en una noche de profunda oscuridad, sólo la luz de aquel ser divino pudo salvarme del infierno que yo mismo había originado. Sin embargo nos queda luchar para proteger los sentimientos que hemos creado y quién sabe si sal...