Mis hermanos ya habían salido antes de mi, y estaban mamando ya, yo tuve que buscar, pelear con mis diminutas garras y mis patitas que apenas tenían la fuerza suficiente como para presionar a los demás y conseguir el pezón de mi madre, ese que me diera el primer sorbo de leche, finalmente logré hacerme con uno y fue lo mejor, el calor, el sabor y la sensación de llenura y sueño al finalizar.
Eramos cinco gatitos en la camada, las gatas; como mi madre; tienen seis pezones, estos sirven para alimentar a las crías osea yo y mis hermanos, como han de suponer no tendríamos problemas si cada uno toma un pezón se alimenta y listo, pero no todo puede ser color de rosa y a la hora de comer siempre se forma jaleo y hay veces, que ni sé cuantos pezones distintos me tomo o pruebo en este caso.
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Mi negra vida
Short StorySoy un gato, que les puedo decir, ah sí, soy un gato negro, creo que eso lo dificulta un poco más ¿no?