Encuentro Casual

capitulo 1

Mi nombre es Elizabeth Bonet soy estudiante en la preparatoria Úniva del estado de México, tengo 17 años aunque muy pronto seré mayor de edad y podré hacer todo lo que quiera.

Todos los días en mi vida son iguales y algo aburridos a decir verdad, ya que vivo en una pequeña casa dentro de un fraccionamiento poco conocido con mi mamá, ella es una mujer un tanto distante con migo ya que no nos vemos muy a menudo por su trabajo en el cual  es guardia de seguridad y tiene que trabajar 15 horas al día, las horas restantes las usa para descansar o quejarse conmigo por su jefe que siempre la presiona en el trabajo.

No tengo hermanos y mi padre se fue cuando yo era una bebé , mi madre me dice que él no quiso hacerse responsable de mi ya que ambos eran jóvenes y el tener una hija arruinaría sus planes del futuro así que decidió abandonar a mi madre y dejarla por su cuenta, aveces al recordarlo se pone triste pero yo trato de sacarle una sonrisa.

La casa en la que vivo consta de una pequeña sala justo en la entrada, cuenta con tres sillones y un televisor enfrente sobre una repisa de cristal oscuro, hay varias fotografías por todas las paredes de mi mamá y yo en nuestras vacaciones de verano o de nuestros días en lo largo de nuestra vida. aún costado se encuentra la Cocina con una barra para comer o en mi caso para hacer mis deberes de la escuela, tenemos una estufa a gas al lado del refrigerador que mayormente está lleno con comida ya preparada y un microondas donde suelo hacer palomitas de maíz.
Hay un pasillo donde se encuentra la habitación de mi mamá y justo enfrente se encuentra la mía. Cada habitación tiene su propio baño completo para que no haya  problemas, en la parte de atrás ay un pequeño jardín con una casita en la que yo solía jugar de pequeña.

...

El despertador de mi habitación está sonando así que saco mi mano de la cobija que tengo encima de mi y siento como el frió se apodera de mi cuerpo, estiró mi mano para poder a pagarlo, me levanto y me encamino a la ducha, una vez fuera me pongo unos vaqueros ajustados con una playera blanca con rayas negras y unos tenis negros. Recojo mi cabello en una trenza de lado y me encamino a la Cocina a desayunar un vaso de leche con chocolate.

- !Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii¡ - suena la bocina del auto de mi amigo Tom para recogerme e irnos al colegio, me apresuró en terminar de tomar mi leche y guardar mis cuadernos en la mochila. Al salir no tengo que despedirme de nadie ya que mi mamá salio muy temprano a trabajar.

— baya madrugaste hoy, no. —  dice Tom desde fuera de la puerta de su auto con una mirada algo divertida.

—por qué lo dices —en realidad si se porque lo dice pero no creí que le daría importancia.

—tu sabes por qué lo digo, todos los días tengo que sonar la bocina más de diez veces para que salgas por esa puerta e irnos, pero hoy solo fue una, para ti eso es raro estás enferma o algo parecido.—

— no es eso solo que bueno. No importa sólo ay que irnos que se hace tarde.—

— !tu preocupada de que se te haga tarde¡ Estas segura de que no estás enferma Eli—

—lo estoy y mejor nos vamos— Tom se sube en su auto una ves que terminó de reírse de mí y yo hago lo mismo con un fingido enojo pero al final se me escapa una sonrisa por la actitud de Tom.

—ni creas que te escaparas de decirme que te pasa, tendrás que decírmelo por el camino.—

— ahora no tengo ganas mejor en el almuerzo.—

—de acuerdo está bien.—

La verdad es que no quiero decirle que hace días que e tenido pesadillas que no me dejan pegar los ojos ni cinco minutos, siempre es la misma cosa, estoy rodeada de gente que creo conocer pero que se que nunca en mi vida e visto, todos visten de túnicas negras y parecen estarme juzgando, enseguida el sueño cambia y me encuentro en medio de un caos total que párese, yo cause, hay llamas alrededor de las casas que parecen del siglo pasado entre otras cosas extrañas. Aveces el sueño cambia pero siempre en el mismo lugar que es tan familiar pero al mismos tiempo imposible de reconocer. Es extraño.

...

—¿no vas a bajarte?.—

—¿Que?.—

— hemos llegado.—

Ni siquiera me di cuenta que ya había aparcado el auto por estar pensando en mis sueños. Ahora me siento algo tonta por a ver me perdido en mis pensamientos. Tomas creerá que estoy volviéndome loca, además de que insistirá en que le diga lo que me pasa. Avía pensado en inventar una mentira de porque estoy así pero se que no me creerá ya que me conoce mejor que nadie incluso mejor que yo. Aveces adivina si algo me está molestando sin que yo lo diga o sabe cuándo algo malo me pasará como la semana pasada que llegó corriendo a mi casa diciendo que me aleje de la radio ya que aria un corto y era probable que explora, cinco minutos después explotó. No sé cómo logra eso pero siempre está ahí para mí. Aveces me da miedo y le digo que no es humano pero el solo dice riendo que la que no es humana soy yo.

—lo siento me perdí por un momento.—

— ¿Segura que te sientes bien?.— Suena preocupado, se que tengo que decirle pero que tal si piensa que solo estoy estresada por los exámenes y se queda toda la noche en mi casa ayudándome a estudiar como la vez pasada, se lo agradezco pero el también me preocupa y no quiero que se preocupe más por mi que por el, es como el hermano que nunca tuve y para mi madre el hijo que deseo tener para que me cuidara cuando ella no pudiera.

— si, lo siento. Tengo que ir a clases nos vemos en el almuerzo.— salgo del auto sin siquiera mirarlo pero se que si lo veo, su mirada de preocupación ara que me sienta culpable así que decido entrar a clases lo más rápido que pueda y sumergirme en la clase de historia que se que aprobaré así estudie o no. Por alguna razón la historia se me da muy bien, hay veces en las que los sucesos  de hace miles de años se me hacen como si los hubiera vivido hace poco, es un sentimiento raro pero cierto, no sabría cómo explicarlo pero me ayuda mucho en las clases.