Promesa [Bill&Tú]

[3]

Pov ___.

Cuando llegué a casa, tomé mi teléfono, el cual no dejaba de sonar. Era una llamada, Bill me estaba llamando, para ser más específica. Contesté.

—¿Hola?

—¡Hola ___! —saludó alegre... Will. Wow, no me lo esperaba :v Bill jamás presta su móvil —. ¡WILL! —escuché una voz masculina gritar.

—Amm...

—¿Hola? ¿Sigues ahí?

—Huh, s-sí. Espera... —hice una pausa y pensé un momento —¿¡Phill!?

—El mismo, ¿cómo has estado, ___?

—¡Bien! —contesté —¿Y tú?

—Me alegro. Emm... bien. Bueno, te llamaba para decirte que...

—¡HOLA ___! —gritaron y me sobresalté. Ahora sí era Bill —. Mañana es el cumpleaños de Will y mío, ¡estás invitada! —exclamó, para luego susurrar: —No te olvides el regalo. Amo los regalos.

Reí algo aturdida. —H-hola Bill.

—¡Por cierto! Empieza a la una de la mañana.

—No lo sé ¿no es algo tarde?

—¿___? ¿Ya estás aquí? —Ups... mi mamá.

—Tedejomamállegó —hablé demasiado rápido. Él bufó.

—¿Por qué le molesta a tu madre que seamos amigos? Jamás he ido a tu casa, no me conoce. Y-

—Realmente no lo sé. Pero... —quise hablar, pero mamá gritó mi nombre de nuevo v: —. Discúlpame, me está llamando.

—___... no me vayas a cor--

Corté la llamada. Sé que Bill se enojará conmigo, pero tuve que hacerlo.

—¿___? ¿Con quién hablabas? Espero y no sea ese "Bim".

—Se llama Bill —corregí —y sí, era él —resopló —. ¿Por qué razón no me dejas juntarme con él?

Frunció el ceño. —No me hables así —dijo seria. Rodeé los ojos e hice una mueca —. Ése chico no es buena influencia para ti.

—¿Y tú qué sabes? —pregunté irritada. No quería discutir con mamá, pero a veces se pone insoportable.

—Sé mucho más que tú —respondió firme. En un movimiento rápido, tomé mi celular, lo guardé en el bolsillo del jean que traía puesto, y salí de la casa —. ¡___! No te atrevas a irte.

La ignoré y caminé por las calles, pateando piedras que se atravesaban en mi camino. Saqué mi celular y revisé si había señal, sonreí al ver que sí la había (? Busqué en mi lista de contactos y marqué el número de Bill -el cual no fue difícil de encontrar, debido a que... sólo tengo 5 contactos agendados-.

Al tercer pitido contestó.

—Bill, antes de que me grites, ¿estás en tu casa? —pregunté nerviosa. Cada vez que él se enojaba conmigo, me gritaba. Pero, nah, ya me acostumbré.

—No soy Bill, tranquila. Estamos aquí, pero yo voy por ti. Estoy en cinco segundos.

Antes de que le agradeciera, colgó y conté los segundos (? Sí, sí, es algo estúpido, lo sé. Ya a los cinco, apareció Phill enfrente mío.

—¿Estás ahí? —dijo riendo. Pestañee repetidas veces y asentí.

—Sí. ¿Me puedes llevar a tu casa? No creo que mamá me vuelva a abrir la puerta —reí nerviosamente —. ¡Pero no quiero molestarlos! Puedo ir a otro lugar.