La oscuridad invadia el lugar, me encontraba en un rincon de la habitación esperando que Derek regresara, sus palabras fueron muy claras al decirme que me quedara allí y que por nada del mundo fuera a buscarlo, pero, yo nunca obedecia sus ordenes, a decir verdad, las de nadie. En ese momento me encontraba debatiendo entre obedecer y mantenerme a salvo mientras Derek se enfrentaba a esos imbéciles o me iba en su busca arriesgando que me atraparan y todos los intentos de Derek en mantenerme a salvo fueran en vano.
Estudié el rededor con mis manos y hasta donde la vista alcanzaba, encontré una barra de hierro detrás de una cómoda la agarré y me encaminé a la puerta que se encontraba al lado contrario de la habitación donde yo me encontraba.Al abrir la puerta una luz blanca me encandiló y mis ojos se cerraron en un intento de adaptarse, sentí unas manos al rededor de mi cuello, pude inalar el aroma varonil que desprendía el cuerpo que me tenia apretujada a su duro pecho.
-Derek...- susurré aliviada al sentir su calor y al saber que se encontraba bien.