L de Libertad

Un poco de luz

Cuando por fin conseguí meter la llave en la cerradura la invité a pasar dentro. Encendí la luz y vi una sombra de pie en las escaleras. Allí estaba ella, con su pijama y su muñeca favorita. Como siempre ahí no había nadie, eran imaginaciones mías. Desde que mi pequeña... En fin, dicen que el tiempo todo lo cura pero yo no dejo de pensar en mi Tess. Mi pequeña Tess. Era tan dulce. Solo dejé escapar una lágrima esta vez, debía pensar donde esconder a ...la niña. Todavía no sabía su nombre. "Ya estamos a salvo. Como te llamas pequeña?" "Yo no debo decir mi nombre, los hombres malos vendrán y yo...mis padres tienen que..." Se le llenaron los ojos de lágrimas mientras pensaba que decir. No pude contenerme y la envolví con mis brazos. "No pasa nada, si no lo quieres decir te podemos buscar uno nuevo. Mm, Anne? Marie? O quizá, Libertad?" Se le iluminó la mirada cuando dije el último nombre y supe que se quedaría con ese. Días mas tarde descubrí que ella no sabía que era la libertad. Pero estábamos en la Alemania nazi, era normal. Necesitaba un baño y conseguí convencerla. Cuando acabé parecía otra niña, era realmente guapa. La dejé dormir en la habitación del fondo, era la habitación mas alejada de la puerta. No sabía como explicar su llegada a los vecinos ya que de un día para otro una no podía tener una niña. Tuve una idea. Tenía el pelo rubio, los ojos verdes y la forma de la cara tenía su parecido con mi hermana Maggie. Diria que era mi sobrina que había llegado de Dachau. Como estábamos en Berlin no podrían comprobarlo fácilmente. A mitad de la noche oí un grito desgarrador. Me desperté asustada y fui corriendo a su habitación. Libertad estaba llorando y gritando. Pesadillas. Yo también las tenía aunque esa noche no aparecieron. Me quedé con ella y sin pensar empecé a cantar. Quien se iba a imaginar que esas cuatro notas nos salvarían la vida seis meses después. La casa se quedó en silencio, solo se oía mi voz. Un rayo de luz en una inmensa oscuridad.