Actualidad.
"Atención a todas la unidades, se ha encontrado el cuerpo sin vida de una mujer joven en una zanja de la carretera fronteriza entre Texas y Louisiana. Repito: se ha encontrado el cuerpo sin vida de una mujer joven en una zanja de la carretera fronteriza entre Texas y Louisiana. Manden refuezos. Cambio."
. . .
Un joven de ojos rasgados se encontraba sentado en la sala de espera de la estación de policías de Portland, sin embargo, había escuchado en las noticias de la mañana que una chica había sido encontrada muerta, eso lo alarmó demasiado, pero era imposible que fuera ella, ¿cómo podría ser si ella había desaparecido en Portland? Texas estaba lo suficientemente lejos como para que alguien se pudiera tomar la molestia de ir a dejar el cuerpo de su novia hasta allá, además. . . Ella estaba viva.
-¿Le podemos ayudar, joven Miller?.-una voz gruesa le sacó de sus pensamientos, los ojos lánguidos se dirigieron hasta el detective Castle, hombre caucásico de mediana edad, imponente, el que había seguido el caso de "La chica Farrell", claro, eso hasta que fue "suspendido". Puras estupideces.
-Sí.-Crispada la voz salió de sus labios resecos, su aspecto no era el mejor, honestamente, su pelo castaño se veía algo grasoso, cualquiera que fuera observador se daría cuenta que ese conjunto de ropa compuesto por una camisa azul marino y pantalones negros, habían sido usados desde días previos. Una púrpura sombra bajo esos ojos rasgados dejaba muy en claro que ese chico de aires asiáticos había pasado noches bastante duras por el insomnio.-Necesito que busquen a mi novia, no que estén vigilándole el culo a un asaltante de bancos, saben perfectamente dónde está, mientras que mi novia está quién sabe dónde y con quién sabe quién.
-Joven Miller.-exclamó con exasperación aquel detective, habían tenido la misma charla un millón de veces durante esos nueve meses en los que Samay Farrell había estado desaparecida, rascó su grisácea nuca dirigiéndose a su oficina esperando que el delgado chico le siguiera.- Por favor, siéntese.
-No, no quiero sentarme.-respondió al entrar y cerró la puerta.- Quiero a mi novia, quiero que Sam esté bien, parece que en esta puta estación de policías soy el único que se preocupa por ello, fue secuestrada hace nueve meses y ni una miserable pista de ella, nada. Parece como si la tierra se la hubiera tragado, estoy cansado de eso. ¡Búsquenla y dejen de perder el tiempo!
-Joven Miller, basta, habla como si no hubiéramos hecho nada por buscarla. He puesto a mis mejores hombres a buscarla, pero tampoco es el único caso de desaparición, tenemos listas interminables, personas que llevan años buscando a sus familiares y nada.
-¡Cerraron el caso!
-¡Fue suspendido!.-gritó de manera fuerte golpeando las palmas de las manos contra la mesa.- ¡Y le voy a pedir que . . .!
-¡Detective Castle!.-entró rápidamente un policía interrumpiendo la discusión acalorada en la que se habían encapsulado.- Una chica fue encontrada muerta en Texas, ¿pedimos los datos para compararla con nuestra lista de desaparecidos?
Castle miró al más joven con miedo en los ojos, sus labios se transformaron en una línea no queriendo pensar que podría ser ella.-Sí.
Nueve meses antes.
El Sol brillaba con fulgor, hacía bastante calor, estaban en plena primavera y era un día hermoso para salir con la persona a la que amas, sonaba perfecto, pero no eran esos los planes para Samay que seguía a su novio por todo el departamento mientras él buscaba sus tareas.
-¡Pero, amor!.-volvía a chillar la fémina de pelo rojo.-¿No puedes quedarte? Puedo darme una ducha rápida, arreglarme para ti y salimos al centro comercial, al cine, no sé, algo. El día está hermoso. O podemos quedarnos y disfrutar el uno del otro, ¿qué dices? ¿Y si no te vas?.-insistieron esos ojos grises brillantes mientras se colgaba del delgado cuello lechoso.-
-Me encantaría, pero debo irme al trabajo, luego por unas cosas a la universidad y soy todo tuyo.-Respondió el ser más feliz del mundo llenando de besos aquel rostro pecoso, acarició el pelo color lava, cuanto lo enloquecía, la amaba, no había más, estaba perdidamente enamorado de ella, hasta llegaba a doler.
Besó cada mica de los lentes que poseía la menor solamente para verla hacer un berrinche, acababa de lavar sus lentes.
- Entonces saldré yo sola y te veo aquí en casa.-comentó haciendo un mohín con los labios, casi ofendida con el rechazo.-
-Con cuidado, por favor, entiéndeme.
-Lo hago, lo hago, y te amo.-Él ya se iba y no quería que se fuera sin que lo supiera.
-Yo te amo mucho más, mi amor, mucho más.
Ojalá no se hubiera ido.
Ojalá se hubiera quedado con ella porque esos ojos grises, saliendo de la casa que ambos compartían, fueron vistos por última vez.
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Nightmare.
Mystery / Thriller"La maté." Esas palabras bailaban por su mente destruyendo todo a su paso, tal como el tiempo había destruido a la chica de los ojos grises, ojos que ahora estaban opacos, llenos de muerte, de dolor, de abandono, esos que miraban el todo y la na...