2. El Mar Invisible

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Sólo recuerdo ese sentimiento de que tal vez mueras, y nadie podrá salvarte, y el dolor de miles de abejas picandote por todo el cuerpo, pero ahora, literalmente, estaba sobre una nube.

Era una nube sólida y acolchonada, era pequeña, justo de mi tamaño, en la que estaba acostado.

Miré hacia arriba, sólo logré ver una torre muy alta, demasiado para mi, tanto que no se lograba ver su final. El cielo no tenía una sola nube, la única nube ahí era yo. Inmediatamente supuse que estaba soñando, no había ninguna otra explicación.

Me levanté, y al hacerlo, la nube se esfumó, entonces caí al agua, el océano era parecido al cielo, era como estar dentro de un espejo, en lo que lo único que se refleja es el mismo cielo, pero claramente era agua, lo digo porque cuando caí casi me ahogo, sin embargo, parecía que no estuviera ahí.

Sentí que algo me tocaba los pies, para ese entonces mis zapatos se habían ido a las profundidades del Mar Invisible, que es como lo he llamado. Pensé en alguna planta o algo por el estilo, claramente no me pasaba por la cabeza que fuera, ya que, como lo mencioné antes, es un espejo, no puedes ver nada debajo mas que el reflejo del cielo. Quise alejar lo que me tocaba los pies, claramente no era una planta, ya que estaba literalmente jugando con ellos.

Del agua saltó una criatura con una gran cabeza desproporcionada a su cuerpo, calva, grandes ojos, una boca pequeña, de nariz solo tenía dos hoyos, un delgado cuerpo, y una cola de pescado, una muy larga cola.

Comenzó a observarme, y yo la observé también. Dio un salto en el aire y comenzó a nadar allí, después regresó y me volvió a mirar.

— ¿No eres de por aquí, verdad? — Fue demasiado extraño, la criatura no abrió la boca, sin embargo, yo la había escuchado, era como si una voz se apoderara de mi mente.

— ¿Cómo lo sabes? — Le dije en voz alta, esperando a que la criatura me contestara hablando también.

— A parte de que apareciste en una nube en el medio de la nada, puedo adentrarme en tu mente, y saber todo de ti en un instante, quiero ser cortés, cuéntame de ti, Matt. — dijo la criatura, claramente sabía mi nombre y toda mi existencia.

— ¿Qué caso tiene hablarte de mí si ya lo sabes todo? ¿Quieres decir que con tan solo conocer a alguien puedes saber absolutamente todo sobre él? ¿Qué pasa con sus secretos, sus temores, también los sabes?

— No soy sólo yo, sino cualquier criatura en el Mar Invisible, aquí no existen los secretos, ni las mentiras, todos sabemos todo de todos, una cosa realmente fascinante, porque al no tener secretos, no tienes temores. — Contestó la criatura que al parecer no sabía nada sobre ella, pero ella sí todo sobre mí.

— ¿Quieres decir que hay más de tu especie? Realmente no sé que especie de criatura seas, ahora tú podrías hablarme sobre ti y este lugar.

— Sabía que preguntarías eso, soy Mistisy, una sirena común, y estás en el Mar Invisible, tal vez tú sólo sentirás el agua el el fondo, pero realmente, las criaturas del Mar Invisible pueden nadar en cualquier lugar, cosa que tú no puedes hacer, tú no perteneces a éste lugar, es por eso que debes irte, ¿Ves ese ascensor? — dijo Mistisy, apuntando a la enorme torre.

— Sí, lo veo. — le contesté, dudoso, como siempre.

— Claro que lo ves, sólo quiero ser cortés, las preguntas no son usadas en éste lugar, todos saben todo, es por eso que los grandes sabios de "Lo Desconocido" no se atreven a venir, ya que, todos sus secretos serían revelados por todos, pero no te preocupes, sólo podemos leer tu mente si aceptas, la única manera de aceptar es dirigiéndonos la palabra. En fin, ese es el Elevador Infinito, porque, como su nombre lo dice, no tiene fin. Tienes que ir ahí, ahí hay más criaturas como tú, criaturas que no pueden nadar en cualquier lugar. Tienes que ir. Anda. — dijo, dándome palmadas en el hombro con sus pegajosas manos.

— Espera, ¿En dónde están todas las criaturas de por aquí? — le pregunté.

— Todas están tan arriba que no las puedes ver, allá arriba hay una inmensa ciudad, donde todas las especies conviven entre sí, las ciudades no son como en tu dimensión, aquí son de una manera que no puede explicarse, dejémoslo en que son "diferentes".

— Entonces ¿... — Ni siquiera me dejó terminar la pregunta, pero la adivinó.

— El Elevador Infinito no va ni arriba, ni abajo, viaja entre dimensiones, es mejor que te vayas, hay especies cerca de él que saben más de las dimensiones que yo, a las criaturas de por aquí no les gusta transmitirnos sus conocimientos, puede decirse que las sirenas somos de las especies más ignorantes de todas, solíamos tener grandes conocimientos, ya que, leíamos la mente de cualquier criatura, pero al enterarse de esto, las criaturas dejaron de hablarnos, dejándonos sin conocimientos. — dijo, estaba a punto de hablar cuando volvió a decir: — ¡Basta de preguntas! Sigue el camino hacia el Elevador Infinito, ahí encontrarás a alguien que te guíe.

— Ah, y no Matt, no estás soñando. — dijo sin dirigirme la mirada, como un pensamiento invadiendo mi conciencia.

Mistisy se alejó de mí, y comenzó a nadar hacia arriba, con tanta velocidad que en unos pocos segundos desapareció.

Ahora sí, era tiempo de aclarar ideas. ¿En dónde estaba? Según Mistisy estaba en el Mar Invisible, pero según lo que había dicho, el Mar Invisible era sólo un lugar de varios, y la forma de salir de allí era por el Elevador Infinito. Realmente no recordaba cómo era que había llegado allí, pero eso ya no era importante ahora, ya estaba allí, ahora lo único que tenía que hacer era encontrar la forma de volver a la realidad.

Mi única opción era ir al Elevador Infinito, esto no se sentía como un sueño, era demasiado real, pero era demasiado ilógico todo; ¿Sirenas?, ¿Un mar invisible? ¿Un "Elevador" Infinito? ¿Elevador?, Ni siquiera sabía lo que era un elevador.

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⏰ Última actualización: Jan 22, 2018 ⏰

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Unknown: Cuando el Rayo Cae. [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora