El destino es grande y bondadoso, por algo nos junto, con temor a perdernos e irnos junto al abismo inmenso, para así sollozar por nuestro amor eterno y reconocer nuestros propios errores, cambiándolos como si nuestra vida fuera sólo un simple borrador. Estaré junto a ti hasta la eternidad, lo prometo, sólo así me sentiré protegido en tus cálidos abrazos. El sol mirando hacia la luna, amándose, clara y profundamente ¿para eso es un eclipse no? abrazarse y hacerse un mismo ser.
El destino, nuestro destino jamás se marchitará, será siempre viva y daremos gracias por unirnos, querernos, habiendo una ambición por el amor. Una flor no se marchitará si equilibramos nuestros estrechos de amor, lleno de sabiduría y un tiempo sin definir. Las estrellas siempre habrá muchas, sólo una sera brillante, con resplandor, son estrellas unidas, dos seres en uno mismo.
Nosotros no seremos ni luna, ni sol, ni estrellas... Siempre seremos dos seres queridos, gracias al destino que nos ha unido.
