Prólogo

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¿Cuándo terminará? Ya no me siento parte de este lugar. ¿Amigos? Tengo pocos e incluso comienzo a dudar que lo sean. Falta tanto para poder correr, ser libre y continuar con mi vida. El colegio se está convirtiendo en el peor lugar, me siento sola y encerrada. No encuentro la solución a todo lo qué pasa por mi cabeza y una de ellas es el hecho de que faltan 2 años para salir de aquí.

Suena mi teléfono y sin ver el mensaje sé que Amy está lista. Desde que tengo auto puedo pasar por ella antes del colegio, no me quejo es lindo pasar tiempo con ella, lo malo es que me hace levantarme muy temprano.
Lina! No te quedes dormida, tenemos que llegar temprano. - Mi pantalla está llena de 10 mensajes suyos y ya no puedo ignorarlos.
-Calma Amy, ya estoy despierta. Te aviso cuando llegue a tu casa.
Me preparo para ir a la escuela, me pongo el horrible uniforme y me arreglo el cabello, en menos de 15 minutos estoy lista.
Antes de salir del apartamento mi papá sale de su cuarto.
-¿Hey, ya te vas? - Tiene el cabello obscuro alborotado y sus pantalones rojos, es de mediana estatura y un poco gordo, o me gusta molestarlo diciendo eso. Todos dicen que tengo la cara de mi papá y creo es cierto.
Mi papá es la persona más increíble que conozco. Desde hace un año vivo con él, mi madre vive sola no muy lejos de nuestro apartamento. Se divorciaron y de un momento a otro tuve que decidir, vivir con mi papá o dejarlo. Mi relación con mi madre nunca fue la mejor y mi papá siempre estuvo ahí para mí. Siempre hemos sido él y yo, él y yo contra el mundo.
-Sí. Tengo que pasar por Amy, no la pueden llevar hoy. -Desde que me dieron mi coche mi papá puede descansar un poco más, ya no tiene que levantarse a las 6:30 am todos los días y llevarme al colegio, siento que se lo debo así que me comprometí a ser responsable con mi auto.
-Vale. Hay que ver si comemos juntos hoy.
-Suena bien, creo hoy llegaré temprano. Bye.
Vivimos en el quinto y último piso de la torre, lo malo es que no tenemos elevador, subir y bajar escaleras es horrible, pero me he acostumbrado.
Subo a mi coche y salgo del edificio.
Amy vive a 5 ó 10 minutos de mi casa,  es perfecto porque así podemos hacer muchas cosas juntas. Ella es mi mejor amiga junto con Lucie. Nosotras tres nos la pasamos el tiempo juntas y vamos a todos lados. El año pasado íbamos todas en el mismo colegio pero Lucie después de mucho pensarlo decidió irse, honestamente me hubiera gustado irme con ella. Ese era el plan en un principio pero algo me detenía así que me quede.
Sin importar lo lejos que estemos siempre salimos juntas y la pasamos muy bien.
Los coches pasan a mi lado y no los noto en lo absoluto. Un alto y el auto a mi lado pone la radio a todo volumen. Giro la cabeza y veo que es un chico, probablemente más pequeño que yo, de unos 15 años, me sorprende que tan pequeño ya este manejando. Él gira la cabeza y me ve mirarlo, intercambiamos miradas, lo cual es un poco incómodo y justo en el momento adecuado la luz cambia a verde y avanzó sin pensarlo dos veces. Manejo muy rápido y aveces me da miedo, más después de aquel accidente hace unos meses. Mi imprudencia había sobrepasado los límites y le pegue a otro auto, cosa que creí jamás pasaría. Pero todos los que me han visto manejar dicen que lo hago muy bien, así que creo que no tengo ningún problema.
Antes de llegar a su casa le mando un mensaje a Amy:
-Oye, ya estoy afuera.
Sé que tardará en bajar así que es mejor decirle antes. Estaciono mi auto en la entrada y espero.
Ir a la escuela es muy pesado. Creo que los adultos olvidan lo difícil que fue ir a la escuela, todos dicen que cuando empecemos a trabajar sabremos lo que es difícil. Pero creo que el problema está en la comparación. Si compararás lo arduo que es un trabajo con la escuela, es obvio que el trabajo será más difícil. Está creado para alguien de mayor edad y por lo tanto mayor madurez, por el otro lado la escuela exige a los alumnos y eso funciona de acuerdo a las edades. Es por eso que con 19 años vas a la universidad y no con 10.
Así que tengo derecho a quejarme de lo horrible que es la escuela al igual que un adulto se queja de lo difícil de su trabajo.
Llevo tanto tiempo pensando que no me doy cuenta que Amy está golpeando la ventana. Quito los seguros y ella sube al auto.
-¿No me viste?
-Lo siento, estaba pensando en otra cosa. - Enciendo el auto y me pongo en marcha.
Amy empieza a contarme todo lo que hizo esta mañana, si su hermano la despertó o si ella hizo el desayuno. Todo suena como una conversación lejana, no me puedo concentrar en su conversación. Durante todo el camino ella va hablando y aveces suelto un sutil 'aja' para dar a entender que presto atención.
Cuando estamos a unas calles del colegio Amy cambia de tema.
-La siguiente semana hay exámenes, tenemos que estudiar y es muy estresante. Tengo que organizar mi tiempo y con las tareas no dormiré.
-Vamos Amy, el tiempo lo tienes, sólo no entres en pánico.
-Para ti es muy fácil decirlo, a ti no te importa, no estudias y no te va mal. -Eso es lo que todos piensan de mí, que no me importa el colegio y si soy honesta conmigo misma esa imagen me gusta. Todos creen que no estudio y no me esfuerzo y aun así no me va mal. Pero lo que no saben es que muy en el fondo todo eso sí me causa estrés. En el fondo sí me preocupa no obtener la mejor nota, pero no creo que importe.
-Pues sí, tienes razón, no me importa. No me mataré estudiando de más, lo que aprendí lo aprendí y lo que no, no. Así de fácil.
Salgo del auto y saco mochila del asiento trasero.
-Lina, necesito tu ayuda con Biología, has tenido de las mejores notas en la clase y yo simplemente no puedo.
-Okay, lo haré. Pero por favor no entres en pánico. -Me sorprende lo bien que me ha ido en biología, es la única materia en la cual he tenido la mejor nota. Todos piensan que es difícil y que el profesor es muy estricto, pero yo no. Lo único que necesitas es aprender todo, tal cual lo dice el profesor. Suena difícil, pero no lo es.
Caminamos por la calle y vemos pasar a más personas que al igual que nosotras van al colegio. Miro al suelo y mis cordones están sueltos, me detengo para arreglarlos pero al final decido que no lo haré, me gusta como se ven así. Entramos al colegio y se escuchan las pláticas de los alumnos por todos lados.
Subimos las escaleras y vemos pasar a chicos de otros grados. Llegamos a nuestro salón y ya están las personas habituales. Rene, Andrés y Laura. Hablo con ellos cada mil años, les digo hola cuando los veo, pero de ahí nunca pasa y no tengo intenciones de que todo llegue a algo más. Me siento en mi lugar y saco mi teléfono y me pongo a leer un libro. Los libros son mi refugio, es el mundo ideal que no existe.
10 minutos pasan y comienzan a llegar más personas. Mis amigos siempre son los últimos en llegar así que no me preocupo en levantar la mirada.
Cuando llega el profesor todo el salón ya está completo y estamos listo para empezar otro largo día.

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2017 ⏰

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