La primera noche

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El día no fue muy interesante así que no voy a contar nada; sólo diré que me quedé en mi habitación fresquista y jugando con el gato y el móvil, bueno y zampando como una gorda.

Es de la noche de lo que quiero hablar; adoro la noche y como todo está más calmado, prefiero salir cuando la ciudad está dormida.

Me vestí con ropa deportiva y salí a la calle; naturalmente había gente, pero muchísima menos que durante el día. Solía haber pequeños grupos de gente en cada calle; no eran muchos; el grupo más grande que había visto era de cinco personas, normalmente había parejas o tríos.

Actualmente me encuentro en una esquina, en una tienda; parece que sólo venden amuletos o algo así... Salgo de la extraña tienda y continúo con mi paseo; la gente de la calle cada vez me intimida más, al principio sólo hablaban entre ellos aunque ahora cuando paso me miran hasta que desaparezco entre las sombras. He decidido volver al hotel antes de que pase algo malo; acelero el paso y me encuentro en un callejón sin salida, me doy la vuelta y me encuentro a tres tipos que no había visto en ninguna calle, vestían una ropa más informal que las otras personas, andaban como borrachos, sus rostros eran pálidos y sus labios destacaban con un intenso color rosa casi rojo.

Miro a mi alrededor y hallo una escalera de incendios. Escucho sus risas diabólicas y me apresuro a la escalera. Subo rápidamente los peldaños de las escaleras cuando de repente noto que estas se sacuden; levanto la mirada y encuentro un rostro joven y pálido delante mía; el chico sonríe y deja a la vista unos dientes blancos deslumbrantes y unos colmillos afilados. Abro los ojos como platos y me doy media vuelta, pero de la nada se planta otro tipo acorralándome y dejándome sin opciones. Miro hacia abajo y trago saliva al ver que había subido metro y medio o más, me vuelvo y el tercer chico de tez pálida pronuncia unas palabras bien claras:

- Yo que tú, no lo haría.

Su tono era burlón y con un a nota despectiva. Era el más entrenado y hermoso de todos y el que al parecer, menos miedo me evocaba.

Lo miré a los ojos y éste dejó a la vista una leve sonrisa; acto seguido bajó de las escaleras y de espaldas le dió una orden a sus amigos, sus miradas me penetraron por última vez y se alejaron riéndose con unas ruidosas carcajadas.

Me quedo inmóvil sobre las escaleras, sin aliento y petrificada por el "miedo" o más bien la tensión de la escena reciente. Miro hacia la salida pero no veo a nadie; mientras bajo con cuidado escucho unos zapatos correr en mi dirección y me sobresalto.

- Tranquila, no vamos a hacer nada, - la voz sonaba calmada y prudente - queremos ayudar, en cuanto vimos a esos matones salir del callejón supusimos que había pasado algo malo.

La chica que hablaba estaba acompañada de una adolescente de pelo castaño con mechas californianas, los  labios de ésta eran carnosos e iban pintados de un color blanco mate, llevaba un vestido de fiesta blanco y unos tacones a juego. La otra chica era rubia, su piel era clara pero no llegaba a ser pálida, vestía un lindo conjunto de seda color rosa pastel y unos tacones rosas palo, su rostro era amable y su brazo izquierdo se extendía hacia mí como signo de paz y seguridad.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2017 ⏰

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