5 años
—¡Bellamy, ven aquí!
La voz de la mujer se oyó a lo largo de todo el parque. Algunas cabezas de padres que jugaban con sus niños pequeños se volvieron para comprobar de dónde procedía el sonido. Al ver que era solamente una madre corriendo tras su hijo no le prestaron mayor atención.
—¡Bellamy, te he dicho que no!
La mujer por fin alcanzó al pequeño de pelo negro y rizado que estaba a punto de agarrar la cadena de un columpio.
—Vamos a ver, Bell, te he dicho que nos íbamos a casa... —La mujer pasó la mano por la espalda del pequeño para quitarle el polvo, pues el suelo del parque era de arenisca.
—Mami, yo shero jugar —dijo mientras señalaba el tobogán.
Por más que lo intentaba no conseguía que el pequeño Bellamy se apartase de los columpios y llegó un momento en el que empezó a llorar a cántaros.
—¡Yo quiedo quedalme!
—¡Michelle!
La mujer se giró y, para su sorpresa, se encontró con una compañera del trabajo a la que había visto hoy mismo.
—No esperaba verte aquí, Cleo. ¿Vives cerca?
—No, pero me gusta venir aquí con mi hija. Mira, te la presento.
Cleo tenía cogida de la mano a una niña pequeña de cabello castaño y ojos grandes. Miraba a Michelle sin apartarse del costado de su madre mientras se mordía el pulgar de la mano derecha.
—Esta es Lexa. Dile hola a Michelle, cielo.
La pequeña estaba casi escondida tras las piernas de su madre pero no apartaba la vista de Michelle, quien se decidió a hablarle.
—Hola, preciosa. Soy amiga de mamá. ¿Cómo estás?
—¡Mamiiiiii!
Bellamy llegó corriendo desde el columpio para situarse al lado de su madre. Se paró en seco al ver que no estaba sola: otra mujer mayor y una niña pequeña la acompañaban. Fijó la mirada en la niña mientras una sonrisa se le dibujaba en la cara. Hacía bastante tiempo que no jugaba con otros niños de su edad porque su madre no podía llevarlo al parque, ya que su hermana era menor que él y su papá ya no estaba con ellos.
—Cleo, este es Bellamy —dijo mientras le pasaba la mano por el pelo a su hijo, quien rio ante el contacto.
—¡Hola! —exclamó, saludando con una mano en dirección a la mujer— ¡Hola! —volvió a decir esta vez dirigiéndose a la pequeña— ¿Po qué te escondes?
Bellamy le hizo la pregunta con toda la inocencia del mundo y Lexa pareció darse cuenta porque, poco a poco, salió del cobijo que le ofrecía su madre. La miró antes de acercarse a Bellamy.
—Hola... —susurró.
Bellamy agarró la mano de ella sin pedirle permiso y Lexa, al contrario de lo su madre creía que haría, aceptó ese contacto sin problema.
—Me damo Bellamy. ¿Y tú?
—Yo... me llamo Lexa...
—¡Qué bonito! Me guta mucho. Lexxxa.
La pequeña se sonrojó y, por primera vez, pudo ver cómo era su preciosa sonrisa con pocos dientes.
—¡Te faltan diente! ¡Como a mí!
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Amor en juego
FanfictionBellamy y Lexa son amigos desde muy pequeños. Su amistad se ha gestado a partir de múltiples experiencias que han ayudado a que ambos estén más unidos que nunca. En la actualidad, los dos cursan el último curso en la Universidad. En un acontecimient...