Dentro de la bestia

Nieve al atardecer cae sin cesar, el invierno se ha estacionado en mi corazón una vez más, cuántos años han pasado ya, seis, siete, no recuerdo cuando deje de contar y tal vez ahora puedo comprender que merecí lo que recibí, y ahora no espero esta maldición se pueda romper, he perdido toda esperanza hace tiempo ya, nunca pensé tener que contar esta historia que me retuerce el corazón, cada palabra que pronunció manchada de sangre está, por fin me quede sin lagrimas,esto que estoy por contar es una historia cruel y llena de decepciones que a pesar que aún se está escribiendo el final parece bastante claro...

Toda historia larga empieza con hace mucho tiempo pero no la mía, no recuerdo en que momento deje ser la persona que antes era, crecí en un castillo entre paredes de mármol y enormes salones rodeados de personas, entre miles de caras que hoy solo son fantasmas, en un salón vació lo vi a él, nunca había sentido esa conexión al ver a alguien, fue como si el mundo se detuviera un segundo y solo tuviera ojos para él, para alguien que nunca antes había visto, cuando sus ojos se cruzaron con los míos casi quedé petrificada, nunca olvidaré sus ojos cafés y su cabello negro, para mi el tiempo dejó de pasar cuando nos encontramos, pero para el resto de la gente el mundo seguía girando y el tiempo avanzando, cuando mi padre me indicó ir a su lado para presentarnos. "Mi hija y única heredera Soleil,princesa del reino de Arlés y su futura reina" dijo el.

Nunca sentí tanta vergüenza al ser nombrada "Futura reina" solo hice reverencia y en ese momento noté su mirada en mi, quise correr y al mismo tiempo tenía miedo de moverme, unos bailaban y otros conversaban mi padre entre ellos, cuando me di cuenta que caminaba hacia mi...

"Su Alteza" dijo una voz muy profunda haciendo una reverencia ante mi."¿Quien eres?" dije temerosa, "Mi nombre es Kalet princesa"comentó sin levantar la cabeza. "¿Y dónde eres Kalet?" pregunte curiosa. "No soy noble alteza mi padre es pintor y fuimos invitados por el cuadro que mi padre le hizo a su padre el rey" replicó mirando a mis ojos. en ese momento supe que él también lo sintió,pero cómo podría fijarme en alguien sin título, sin nombre sin tierras, espero mi padre no se entere.

Deben perdonar mi falta de tacto al contar mi historia pero esto paso hace mucho tiempo y mi memoria no es lo que solía ser, lo vi varias veces después de ese primer encuentro aun recuerdo la calidez de su voz y la gran pasión con la que hablaba de la vida y sus sueños de salir de esta vida tan campestre, por un momento quise decirle que me llevara con él, más nunca lo hice, siempre me arrepentiré de no haberlo dicho jamás.

Por un tiempo todo era perfecto hasta que la tragedia tocó a mi puerta,mi padre falleció de tuberculosis, la última vez que lo vi su piel lucía con un tono amarillo y sus ojos ya no reflejaban la luz que entraba por la ventana, nunca pensé sentir un dolor tan intenso como en aquel momento, mi mundo se apagó perdí mi sol, todo lo que quedo en mi fue la noche, una noche profunda sin estrellas que cruel me miraba y no encontraba respuestas para acallar mi dolor, aun siento esta cicatriz que no se cierra sin importar el paso del tiempo, y nunca pensé en ese momento que pudiera extrañar tanto a alguien, lo único que podría encontrar en mi corazón era rencor, dolor y mucha tristeza, pero a pesar que Kalet siempre estuvo ahí acompañándome yo nunca le puse atención, solo lo desprecie y lo aleje, algo dentro de mi se marchitó y olvide toda la amabilidad que mi padre un día me enseñó, y todo cambió a partir de ese momento, mis deseos se volvieron órdenes en el castillo, deje de sonreír y me volví alguien cruel, incluso con quien amaba.

Hasta la noche que todo sucedió, era una noche helada y la nieve caía intensamente, cuando tocaron a la puerta, lo ignore, pero era un sonido incesante que no se podía ignorar, decidí abrir yo misma y había un hombre con harapos y una gran joroba, uno de sus ojos era de color blanco y tenia verrugas en toda la cara, el hombre estaba empapado y me miraba de una forma que me asustaba.