La Hechicera

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Dicen que cuando las personas están muriendo su vida pasa enfrente de sus ojos. Conmigo no fue la excepción, al contrario; cada segundo que transcurría pasaba un fragmento importante de mi vida, entre ellos; cuando perdí a mis padres, cuando recibí un diploma a mejor calificación del colegio y cuando recibí mi primer beso.
Tal vez para algunas personas esos no sean los recuerdos más importantes de su vida, pero cuando vas cayendo de un acantilado directo a tu final todo es importante.
Recuerdos de cosas que había olvidado y que estaban saliendo en esos momentos hicieron que mis ojos se llenarán de lágrimas. Entre ellas el último recuerdo que tengo de Gastón, tal vez sólo actuó conmigo para no sentirse sólo. Tal vez siempre tuvo que ser así, yo debo de morir y el desposara a Bella por la fuerza.
Cerré mis ojos con la esperanza que en algún momento mi espalda se estrellara contra el vacío del acantilado y que mi cuerpo quede enterrado entre montones de rocas y algún día dijeran que "Lefou sólo era un iluso enano que se enamoró de la peor persona del pueblo"
Mi cuerpo cayó en una superficie plana pero algo rocosa, no podía ver nada, tal vez mi subconsciente aún seguía presente.
Una voz se hiso presente y algo me agitaba los  hombros con fuerza. Queria responder pero algo me lo impedia, la voz la cual sonaba desesperada ahora sonaba quebrada, como si estubiera sollozando. Sentía una gran pena por esa persona. Alcanze a escuchar.. "No me dejes por favor Lefou".

Con todas mis fuerzas trate de hablar pero aún no podía. Sentía como mi cuerpo era abrazado y besaban mi rostro.
"Nunca lamentare el dia en el que hise esa ridicula apuesta, nunca lamentare el decidir permanecer a tu lado. Pero por mi falta de lealtad y por estar cegado por la ira y mi estúpido ego.. te perdi Lefou.. por favor, vuelve a mi..."

[....]

Abrí lentamente mis ojos y ahí estaba El, acostado en mi abdomen , con sus ojos hinchados de tanto llorar unas lágrimas aun corrian por sus mejillas. Tenía algunos moretones en los brazos y rasguños en la cara.
Moví su cuero para poderme levantar, pero por alguna razón no respondía, ya entrando en panico lo agite con más fuerza pero nada.. como pude me lo quite de enzima y lo coloque boca arriba para poder mirarlo mejor.
Estaba pálido y su pulso era muy bajo.. casi inaudible.

-Gastón, ¿que hiciste?- pregunte a la nada, no esperaba recibir alguna respuesta pero la recibi.

-Dio su vida para salvar al amor de su vida, a su verdadero amor-

-Pero eso significa que ya no podrá estar conmigo nunca- sentía como se me quebraba la voz, el hecho de que Gastón ya no estara nunca vivo me ponía peor de lo que ya estaba. -Cambiando de tema un poco..¿usted quien es?.

-Soy una hechicera-

-¿La misma hechicera que convirtió la la bestia en lo que es?-

-Eso es correcto- Respondió riendo un poco.

-Supongo que usted hizo el trato con Gastón..  ya sabe, para salvarme- dije melancólico.

-Vuelves a estar en lo correcto, el dijo que tu vida valía mucho más que mande el, mire en su corazón y decía la verdad.. por que piensalo.. ¿Quién alguna vez en su vida podría amar a una bestia como el?. Su corazón es impuro, es indeciso, terco, y sin mencionar.....

La Verdadera BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora