52° Juegos del Hambre: El tren (Tranquilo, ya lo veremos)

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La primera tortura al fin había pasado, ya había sido obligado a participar y no me pude despedir de mi familia, pero claro está, la tortura no pasará hasta que yo muera, quizás no en la arena, pero si sobrevivo tengo muy claro que viviré toda mi vida imaginando los asesinatos que haré, las heridas que tendré, incluso imaginando a alguien que yo quería que ganara, quizás mi aliado y que por desgracia ha muerto.

Los 10 minutos han terminado y nadie ha podido entrar, no me preocupa, porque sé que todos tienen prohibido el paso para entrar a mi habitación, llega el mismo agente de la paz, pero esta vez tiene claro que no puede decir nada, sabe muy claramente que, está siendo grabado y no puede decir nada contra mí ni nada a favor de mí, ya que eso podría quitarle la vida, ¿cuándo será el momento en que deje de pensar que mataran a la gente? ¿Cuándo ocurrirá eso? Tengo claro que es imposible, tengo claro que el Capitolio jamás cambiará y que por desgracias, los juegos se harán todos los años, y que, la única forma de que se terminen será el día en que una nueva guerra comience, pero con todo este miedo que nos da el Capitolio, creo que hay menos de un 1% de probabilidades, incluso menos que 0,001%

Salgo de la habitación junto con el agente que me toma por el hombro bruscamente, me encantaría golpearle y gritarle que me suelte, que sé caminar solo, pero no lo puedo hacer, no si quiero sobrevivir este juego, no si quiero ganar, y sobre todo, no si quiero volver a ver a mi familia algún día. Me lleva por los anchos pasillos del edificio de justicia, para salir por un lugar desconocido para mí, es una puerta trasera en la cual un automóvil nos espera. Camino hacia él con una alegría en mi cara, jamás había andado en un automóvil, pero, la alegría es solo por unos segundos, debo parecer maduro ante esta situación, ¿cuánto no daría por correr hasta el automóvil y sentarme?

Elissa nos espera dentro y veo que por la otra puerta está un agente de la paz junto con Marinne, que, a pesar de su trato de disimular sus lágrimas, no ha funcionado, se le pueden ver los ojos rojos y la cara de tristeza que ha tenido, ella ni siquiera se digna en mirarme, ¿por qué trata de esconder lo que realmente es? ¿Por qué siempre actúa muy diferente a lo que realmente es? ¿No puede ser un segundo como ella es?

Pasamos menos de 10 minutos en el automóvil, y sé que Elissa ha estado todo el camino hablando, pero, no estoy concentrado en sus palabras, lo único que sé es que iremos al tren y que en 1 día más o menos, estaremos en el Capitolio preparándonos para los juegos, ¿será acaso que no tendremos siquiera un día para descansar? No noto cuando el automóvil para, solo lo sé cuando veo que Elissa y Marinne han bajado, y al momento que yo lo hago, Elissa me tiene que tomar del brazo para indicarme para dónde ir, tantas luces de cámaras me han mareado demasiado, incluso siento que estoy caminando entre nubes, y tengo miedo de caerme y ser lo más hablado de los tributos, pero no por ser el mejor ni el más valiente, si no que por el más estúpido.

-Christian, despierta-Elissa me ha despertado al fin, miro a mi alrededor y no lo comprendo-Christian, vamos, despierta

-¿Dónde estoy?-aún estoy mareado, será acaso que todo fue un sueño, no, no puede ser posible, Elissa está aquí, además estoy en un lugar muy lujoso, y estoy recostado?-no lo entiendo

-Tranquilo, no ha pasado nada-noto que Elissa trata de aguantar la risa, pero se le hace casi imposible-te desmayaste justo cuando entraste al tren, supongo que nota mi cara por que trata de explicármelo-no te preocupes nadie lo ha visto

Noto que mis músculos de la cara, de mis manos y mis brazos se vuelven a relajar, por un momento podría haber sido la vergüenza de los tributos, y ser voluntario no serviría de nada, ¡maldita sea! como ha sido posible.

-Ven, vístete y ven rápido-Elissa lo dice con tanto apuro que me preocupo demasiado-

-¿Qué ha pasado?-yo le respondo tan desesperado que ella-

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