único

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Título: Una confesión muy Yurio
Letras utilizadas: 746
Fecha: 07/07/17.

— ¿Mi príncipe soñado?— repitió de manera distraída una rubia con la mirada pérdida en su celular — estas muy vieja para soñar con príncipes, baba

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— ¿Mi príncipe soñado?— repitió de manera distraída una rubia con la mirada pérdida en su celular — estas muy vieja para soñar con príncipes, baba. — soltó con sorda para ver a la pelirroja que estaba junto a ella en la banca viendo a sus otros compañeros danzar en el hielo.

— no estoy muy vieja para soñar con príncipes, copa A — refutó sonriendo con molestia, la rubia en un movimiento sin disimulo alguno palmeo sus inexistente pechos con el orgullo herido — mira mi príncipe ideal, tiene que ser muy masculino, saber de música, hablar con voz grue-

— si te gusta tanto otabek, puedes decírselo de una vez — gruño la rubia interrumpiéndola al ver por donde iba la conversación, ya había escuchado salir esas características -junto otras cien- al referirse a su mejor amigo salir de esa mujer que tenia que soportar casi todos los días.

—¿tan obvia soy? — preguntó un tanto preocupada y su pregunta fue contestada con la cara de “ me estas jodiendo” de la rusa menor.— okey soy muy obvia — comentó un poco avergonzada, tosió un poco la compostura — bueno ahora es tu turno Yura, ¿ dime como es tu príncipe soñado?.

— vieja, eso es estúpido — dice la amante del estampado felino, fijando su vista disimuladamente en un punto específico dentro de la pista— esta bien, mi príncipe ideal debe tener un cabello negro sedoso, unos cálidos ojos cafés, una sonrisa sincera que iluminé mis días oscuros, unas manos grandes, que sepa cocinar, que sepa patinar y hacer música con su cuerpo además que me trate como su igual.

—¡oh! — exclamó la rusa mayor tapándose la boca con una mano para contener la sonrisa maliciosa que se le marcaba al seguir la vista de la rubia.

Hay donde las rusas miraban estaban el ganador de la plata del anterior GPF Yuuri Katsuki, el pupilo del grandioso viktor Nikiforov, un japones común con problemas de ansiedad. La bachicheva sonrió aun mas grande de lo que podía al ver ese brillo nacer en los ojos verdes de su acompañante al ver como el objeto de su mirar sonreía al hacer bien un salto que se le dificultaba, no debía ser un genio al relacionar todas las características que la chica dijo con Katsuki ya que lo describía bien, además del evidente enamoramiento que sentía por el.

—bueno baba, me voy — la rubia se levantó y se acercó a la entrada de la pista quitándose los protectores morados de los patines.

—sabes Yuratchka — la llamo la de ojos azules mientras se acostaba en la banca a sus anchas, la otra solo la miraba de reojo — si no le dices a tu príncipe lo que sientes pronto, te lo van a quitar, puede ser una frente o un cerillo japonesa. Pero ¿quien sabe?. Al rato todo el mundo quiere un poco de cerdo sensual.

—¡¿de que demonios hablas?!— los ojos verdes la miraba con extrañeza para luego sonrojarse enormemente al relacionar la palabras “frente”, “cerillo” y “cerdo sensual”— ¡bastarda!, ¡como odio como te pones, cuando te viene la menstruación! — grito para alejarse de la pelirroja que se reía mientras gruñía un poco por un cólico.

—¡¿de que demonios hablas?!— los ojos verdes la miraba con extrañeza para luego sonrojarse enormemente al relacionar la palabras “frente”, “cerillo” y “cerdo sensual”— ¡bastarda!, ¡como odio como te pones, cuando te viene la menstruación! — grito ...

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— ¡Hey katsudon!— un grito se escucho interrumpiendo a algunos —me gustas — tal declaración fue dicha sin vergüenza.

La pista rusa que hace unos segundos  esta bulliciosa quedo en un sepulta silencio, todas las miradas estaba puestas en la persona de dieseis años que había gritado una declaración desde las gradas y señalaba con soberbia a la pista exactamente a un pelinegro de ojos cafés que estaba inmóvil rojo a mas no poder y tartamudeaba en un idioma desconocido para los que lo rodeaban.

— Escuchaste bien, mi príncipe cerdo miope, me gustas y no aceptare un “no” —volvió a decir con mas fuerza.

— y todos los demás también lo saben, Yuratchka — grito una pelirroja que había salido del shock, para empezar a carcajearse por lo bajo, no podía creer lo que había escuchado, no mejor dicho no podía creer que esa confesión muy al estilo de Yuri Plisetskya- tosca y sin preparación-, halla sido dicha por la conversación que tuvieron días atrás.

Realmente se lo había tomado muy a pecho, sobre que había rivales por el amor de Katsuki ya que miraba retadoramente al todos, realmente Yuri Plisetskya iba por nipón y no de rendiría hasta obtenerlo. Aunque la mirada que le daba el japonés era claro que no tenia que pelear mucho.

Fin

Fin

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Buenoooo el primero del reto (reto personal), me esforzare darles historia para su agrado. Eso si no serán muy largos.
Gracias por leer.

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