Entre Amor y Rosas

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_ Ah... el amor... ese sentimiento tan dulce y a la vez tan letal, tan simple y complejo. Estar enamorado es una sensación agridulce.

La chica corría por el rosal, atravesandolo. Su cabello de un chocolate oscuro ondeaba junto su vestido blanco, rasgado por las espinas de las bellas flores.

_ Sentir amor por alguien convierte esa persona en la más maravillosa y hermosa. También la hace tu punto débil, como Romeo y Julieta, que fueron incapaces de vivir sin el otro.

Las rosas de suaves pétalos atacaban con agresividad los brazos, las piernas y el rostro de la joven mientras ella, sin inmutarse, corría sin detenerse.

_ El amor cuando nace es como un bebé, indefenso e inocente. Pero a medida que el tiempo pasa, el retoño puede sacar sus primeras espinas.

El aroma empalagoso de las flores asfixiaba a la doncella, que jadeante, huía.

_ El bebé crece y ya no ese pequeño querubín que era antes. Despliega sus capacidades como una flor al abrir sus pétalos por primera vez. La vida lo enfrenta, sopla vientos furiosos para arrancarlo de la vida y hace llover torrencialmente para bajarle su cabeza, pero si es fuerte, puede sobrevivir. El amor también enfrenta sus obstáculos.

Ella tropieza, pero rápidamente se levanta y vuelve a la carrera.

_ ¡Pero eso no es todo! También existe el amor no correspondido. Sus espinas son aún más filosas, el tallo seco y los pétalos quebradizos.

En el suelo hay hojarasca, la chica apoya su pie descalzo y herido por piedrecillas en un montículo de esta. Su pie se hunde y ella tropieza, antes de darse cuenta, estaba en un pozo oscuro.

_ Duele, sé que duele no ser correspondido por esa persona. Verla sufrir por otro u otra cuando lo único que quieres que las sonrisas y besos sean sólo tuyos.

"Lucha" se repite en sus pensamientos, "Tienes que salir". Desesperada, intenta escalar inútilmente las paredes de aquel abismo mientras las rosas la observan desde fuera, indiferentes.

_ ¿Pero sabes? Lo último que se pierde es la esperanza. Pudiste haber pasado por diferentes rosas con y sin tantas espinas, de diferentes colores y aromas, pero siempre habrá una especial para ti. Como por ejemplo el Principito, él ama su Rosa a pesar de que ella tiene espinas.

Ya no puede más, rompe en llanto y cae de rodillas. Se ha rendido. Sin embargo a lo lejos se ve una sombra de contextura masculina,dirigiéndose a la fuente de aquellos sollozos lastimeros.

_ Porque entre amor y rosas no hay diferencias. Es suave y puede lastimarte, dulce como el perfume de estas flores, a veces sofocante, delicado y resistente. Y recuerda, no desesperes, hay una rosa esperando por ti en algún lado, solo debes encontrarla.

Aquel hombre se asoma y mira a la joven, le extiende una mano con una sonrisa sincera.
Ella la toma, desconfiada y logra salir de ese agujero de desesperación.
Ambos se miran a los ojos y las heridas que ambos cargaban comienzan a curar, ella sonríe al por fin reconocerlo.

Sabe que él es su rosa.

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