A mi lado

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-Miroku por favor dejame explicartelo- decía una Sango llorando y con su pequeño Hiro en brazos

-No hay nada que explicar, solo te dedicas a los niños y a mi que, soy tu esposo y un hombre y me cansé de esperar, ademas crees que no veo como te miran, como mi esposa deverías darte a respetar- contesto Miroku dejando su cabaña

Sango sólo se quedó llorando y como pudo entró al cuarto de sus pequeñas que dormian ignorando los problemas maritales.

Desde que su casi hermana Kagome, se fue con Inuyasha al castillo del oeste todo había cambiado.

Kagome se había vuelto una hanyou hermosa, su pelo se había vuelto blanco y sus ojos tomaron un tono rojizo, Inuyasha habia tomado como compañera a la miko del futuro y todo era paz, a pesar de su nueva naturaleza ella seguia siendo la misma.

Inuyasha amaba a su esposa y todo el día se la pasaba a su lado cuidándola y mimándola fue cuando se dio cuenta de algo Miroku habia cambiado.

Antes su esposo era igual a Inuyasha, pero después del nacimiento de Hiro, empezó a notar cambios, ya no la mimaba como antes, se molestaba al oír a los niños llorar, más si lo hacían cuando intentaban tener momentos íntimos y ya no se abrazaban al dormir.

Lo peor fue que al año de Kagome volver unos youkais atacaron la aldea.

La pelea fue pareja, hasta que un youkai, salió de la nada e intento llevarse a Kagome. Para la desgracia del youkai Inuyasha no permitiria que nadie tocara a su hembra y lo destruyo en un instante.

Los dias pasaron y más youkais clamaban por ser dueños de la hanyou miko del futuro e Inuyasha no lo soportó, casi a diario eran atacados y lo mas terrible era que la época de celo, se acercaba y seria una tentación para los mounstros y youkais.

Así que decidieron irse a unas tierras lejanas, cerca del castillo del oeste donde permanecerían a salvo.

Shippo los acompañaria, ya que Kagome siempre seria su madre y no lo dejarian solo.

Así fue como Sango se quedo sola, Kohaku venía rara vez y no se queda mucho tiempo.

Así fue como los dias habían pasado y Sango se daba cuenta que su matrimonio se desmoronaba, no sabia que hacer, amaba a Miroku, pero esos celos y sus gritos, además de los rumores de que empezaba a frecuentar burdeles hacian que su corazon se estrujaba.

Se quedaria con él, lo dejaria, su mente era una tormenta y la única persona que la escuchaba y apoyaba incondicionalmente no estaba a su lado.

Casi se quedaba dormida, cuando escuchó el rugido de Kirara y vio su hermano entrar

-hermana ¿como han estado tú y tu familia?- preguntó Kohaku

-los niños estan dormidos y Miroku...- no quería mentir, pero no sabía que hacer- esta en una aldea cercana haciendo un exorcismo, regresara pronto- dijo ella fingiendo una sonrisa

- ya veo, ah por cierto, me encontre a totosai y dice que Kagome te manda saludos- dijo Kohaku

-en serio, ¿y sabes cuando volveran, su epoca de celo es muy larga o que? ya van 5 semanas y no han vuelto- dijo ella un poco triste y vio a su hermano ponerse nervioso

-tu sabes algo, dimelo por favor- dijo Sango a punto de llorar

- la epoca de celo de las hanyous es de una semana y escuché un rumor de que ellos ya no volveran se quedaran alla para proteger a Kagome-sama de peligros- dijo Kohaku serio

Fue cuando el mundo de Sango se partió, su amiga, confidente y hermana no volveria, asi se despidió de su hermano y lloró en silencio en su choza.

Los dias pasaron y las cosas con Miroku empeoraban, no sabwia que hacer, en un momento de desesperación le gritó a Miroku y le dijo todas las cosas que se hablaban de él y él solo dijo que no hiciera caso a chismes y le dijo que decidiera, o volvia a ser la de antes o tomara una decisión, llorando tomo como pudo a sus hijos, golpeo con su hiraikotsu a Miroku y corrió al bosque enojada.

En medio del camino, una horda de youkais la atacó, no lo pensó, había puesto a sus hijos en peligro.

Peleó lo que pudo, pero eran demasiados, rendida cayó al suelo con sus hijos llorando y rogó a kami una muerte rápida.

Pero de pronto, una flecha y una ráfaga acabaron con la horda de monstruos, eran sus amigos.

-¿Sango estas bien?- preguntaba Kagome preocupada pero Sango solo se dedico a llorar

Al calmarse, le contó todo,  desde su partida y Kagome le explicó que no habian vuelto debido a que en época de celo Inuyasha la consintió tanto que habia quedado en cinta y sus náuseas eran tan fuerte que no habían podido volver.

-¿y que piensas hacer?- le dijo Kagome

-no lo se, lo amo tanto que me duele pero que hago Kag es malo, pero lo amo-

-escucha tu corazón, pon una balanza en un lado las cosas buenas y las mala y ve a que lado se inclina se feliz amiga- le dijo Kagome sonriendo

- Kag si lo dejo me apoyaras-

-claro-

-¿y si sigo con el?-pregunto Sango temiendo su respuesta

-lo que decidas te apoyare, no hay respuesta mala solo quiero que seas feliz, yo Inuyasha y Shipo, somos tu familia- dijo ella ayudandola a levantarse

Fue asi como Sango tomó su decision agarro fuerte la mano de Kagome y caminaron de regreso a la aldea con sus hijas de la mano de Inuyasha y Shipo y Kagome cargando a Hiro.

Habia tomado su decisión y sonrió no sabia que que deparaba el futuro, pero al sentir la mano de Kagome y ver su sonrisa supo que no esta sola




Estd capitulo lo dedico a mi amiga kagomeSattan1 sabes que los amigos estamos en las buenas y en las malas y los verdaderos solo desean tu felicidad y si dudas solo usa la balanza

Cuenta conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora