Hasta hace nueve años, mi vida consistía en una rutina y era despertarme, tomar mis medicamentos, leer el mismo libro por centésima vez, mis "tratamientos" con el Dr. Carter Maddox y finalmente ser sedada y atada a mi cama por mis hábitos de sueño adquiridos gracias a los experimentos del Dr. M.
Actualmente, voy por Katherine Rousseau, pero el nombre que me dieron al nacer fue Freya Bennet. Pasé la mayor parte de mi infancia y adolescencia en el Hospital Psiquiátrico Ainsworth hasta que escapé causando un incendio, dejando atrás un rastro de cuerpos. Los cuerpos de las personas que me habían torturado durante muchos años, afirmando que me curarían de una enfermedad que ni siquiera tenía, solo para cubrir sus huellas, seguramente sabían que lo que nos hacian era ilegal y no ético, pero de todas formas lo hacían para su propia diversión y entretenimiento.
El Dr. Maddox era creativo en sus formas de torturar a sus pacientes, pero tenía favoritos. Noah Adkins, Rebecca Lambert y yo obtuvimos lo peor de su lado oscuro, ellos lograron escapar, pero a mi me atraparon antes de poder unirme a ellos. Durante los siguientes cuatro años, tuve que soportar lo que parecían interminables torturas y humillaciones, hasta el día en que pude verlos arder a todos.
Todo esto gracias a mi querido padre, quien después de la prematura muerte de mi madre, me arrojó a ese lugar para olvidarse de mi existencia. Según él, me había convertido en una carga para él y su nueva "familia" y procedió a deshacerse de mí como un pedazo de basura sin valor.
El momento de mi venganza está cerca, y estoy temblando de emoción. He estado tratando de controlar mi ira durante tantos años y ahora estoy tan cerca de desentrañar a quienes realmente lo merecen. Uno por uno, caerán y pedirán piedad. Les pagaré con la misma misericordia que me dieron...
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Miserable
Teen Fiction❝ Me gustaba imaginar cómo sería mi vida fuera de ese hospital, sin los medicamentos o los doctores que les gusta experimentar en sus pacientes pero cuando finalmente fui libre por primera vez en mi vida, la soledad comenzó a consumirse, casi destru...