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JinYoung estaba encerrado en su habitación, un lugar con cuatro paredes pintadas de un azul pastel que hacían juego con lo poco que se encontraba dentro, una pequeña cama y un escritorio, ambos blancos, trasmitiendo paz y armonía, algo que sinceramente el pelinegro no sentía en ese momento.

hoy era uno de esos días en los que Jae Bum, su mejor amigo desde la infancia, se quedaba en casa de Young Jae, seguramente follando.

JinYoung lo sabía, sabía que debía dejar de pensar de esa manera sobre él, sin embargo, no podía, cualquiera que lo viera pensaría que es un masoquista, el sentimiento lo hacía sentir tan triste y vacío y aún así, simplemente no podía dejar de pensar en él.

se posiciono frente a su espejo de cuerpo completo, aquel de bordes dorados que tanto le gustaba y odiaba en partes iguales, el cual estaba colgado en la puerta de su habitación y comenzó a desvestirse; con las manos temblando se desabrochó los ocho botones de su blanca camisa y la dejo resbalar por sus hombros hasta llegar al suelo, prosiguió a desabrochar su cinturón e hizo lo mismo con su pantalón, ambos de un color negro, un conjunto que había pasado tan sólo segundos en escoger esa misma mañana, se quitó la camiseta blanca que cubría su torso y dudando llegó al resorte de su bóxer, mordiéndose el labio decidió tirar de el.

Y entonces quedó desnudo frente al espejo, desnudo, no soló del cuerpo si no también del alma.

la habitación estaba a oscuras, la única iluminación era la poca luz de la luna que se filtraba por sus molestas persianas, aquellas que hacían ruido cuando un poco de aire se colaba en la habitación, toda la casa estaba en silencio y lo único que se escuchaba era su calmada respiración, una que sabía, se vería afectada en cuestión de segundos.

se admiró, aunque casi no pudiera verse el sabía como lucía, tenía tatuado en los párpados su propia figura

demasiado delgado, demasiado pálido, demasiado normal

no como Young Jae, el cual tenía un buen cuerpo, por el contrario JinYoung era tan delgado que solían molestarlo por tener "el cuerpo de una niña de quince años", su piel era blanca como la porcelana y no pálida de enfermedad como la suya, Young Jae tenía esa radiante personalidad que iluminaba a todos, haciendo que cualquiera cayera a sus pies entre ellos su mejor amigo, era popular y parecía siempre estar feliz, por el contrario JinYoung era de los chicos que no podían expresarse tan abiertamente haciendo que solo un chico extranjero que aún no sabía pronunciar bien el coreano fuera su amigo, no era nada popular y muchos decían que lucía como un amargado.

de un momento a otro se tiró sobre la cama, sintiendo cómo se aceleraba su pulso y su respiración, lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, con las fuertes emociones abrumándolo y la realidad golpeándolo, el no era suficiente para Jae Bum y nunca lo sería, sabía eso y aunque lo tenía en mente desde hace más años de los que quisiera recordar no podía evitar sentirse miserable y con el corazón roto, una vez más.

estuvo casi cuarenta minutos llorando sobre su cama, tal vez más o tal vez menos, cuando se trataba de sus inseguridades, el tiempo pasaba de manera lenta y tortuosa, pensando lo peor de si mismo y lo peor de todo el mundo, sintiendo que cada día le era más difícil fingir que no sentía nada por su mejor amigo.

como una rutina, se levantó de su cama, limpiando las secas lágrimas que se marcaban en sus mejillas y se posicionó frente al espejo, esta vez fingiendo seguridad, le sonrió a su reflejo con algo a lo que el llamaba "patético intento de sonrisa coqueta" y posiciono una de sus manos en su cintura y la otra en su cuello, imaginaba que seducía a Jae Bum con esas poses y se burlaba de si mismo por algo tan patético.

Se mordió los labios y se sonrojó un poco, cerró los ojos y se imaginó a un Jae Bum pelirrojo, alto y masculino caminado hacia el, con esa sonrisa torcida de galán que le dedicaba a todos, a todos menos a el.

Se sentó en el borde de su cama y alargó su mano hasta su miembro, lo tomó sintiendo su propia dureza, recordó el torso desnudo de su amigo de la infancia y se acaricio un poco acelerando su pulso y respiración, esta vez por un motivo totalmente diferente al anterior.

xxx

Para las personas que ya habían leído esta parte les aviso que hice unas ligeras correcciones aunque no altere nada en si.

Mío || BniorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora