Día 1

6 3 6
                                    

Mi madre me grita que baje y la acompañe con mucha urgencia, no lo comprendo, aun es muy temprano, no hay rastros de sol, una vez que llego a la cocina veo a mi madre, parece muy ansiosa, no me da buena espina y menos cuando me dirige al sótano, sin embargo no sé por que bajo sin protestar.

Lo primero que noto es lo despejado que está, sólo hay una luz amarillenta, un espejo grande y un poco viejo de esos que se utilizaban antaño con una mesa incluida, una silla de madera y es una esquina un hermoso vestido de gala color amarillo pálido.

-¿Porque no estabas despierta? Es tardisimo, no sé si podré acabar a tiempo, pero estoy segura de Que no querrás llegar tarde hoy. Así que sientate.

Y sin más preámbulo comenzó a peinarme y maquillarme, estaba sumamente desconcertada, no sabía que estaba pasando ni a donde no quería llegar tarde.

Tenía una constante sensación de estar ahogándome, me sorprendía no estar empapada, me sentía bajo el agua, encerrada y de una momento a otro estaba arreglada y atraviada con el vestido que estaba en la esquina de la habitación y unos tacones muy altos para mi gusto.

- ¡Te ves hermosa!,  ahora si, vamos a la iglesia, no hagamos esperar más al novio, tenemos el tiempo justo.

Y entonces lo comprendí todo, llevaba puesto el viejo vestido de novia de mi abuela y me dirigía a mi boda, sin saber quien me esperaba al otro lado del altar.

Sentí un pánico inmenso, entonces desperté.

Memorias de ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora